Seleccionados #ViernesCreativo: Principios
¡Qué importante es comienzo de una historia! Una historia debe comenzar con una promesa que nos invite a continuar leyendo, os pongo aquí algunos de los más conocidos:
“Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer.” El extranjero de Albert Camus.
“Todas las familias dichosas se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera”. Anna Karenina de Leon Tolstoi.
“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”. Cien años de Soledad de Gabriel García Márquez.
“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta”. Lolita de Navokov.
En el reto de esta semana escribiremos el principio de una historia, esa promesa que invite a leer todo lo que vendrá después. Máximo 25 palabras.
Recordad que desde nuestra APP gratuita de Portaldelescritor podéis acceder al grupo de Facebook desde vuestro móvil y leer allí mismo el reto, además contar con un generador de personajes e historias, un manual gratis para escritores y los consejos de escritura del blog de Diana P. Morales.
Para seleccionar estos textos, desde Portaldelescritor siempre tenemos en cuenta diferentes aspectos: que cumplan el reto, la calidad literaria, la originalidad, la redacción (no aceptamos textos con varias faltas de ortografía) y además siempre intentamos -en la medida de lo posible- incluir participantes diferentes y no repetir muchas veces a los mismos autores.
TEXTO CON MÁS ME GUSTAS
Entró a la cocina y vio a su madre preparando el desayuno.
-Buenos días, mamá.
La mujer dio un respingo: ella no tenía hijos.
RELATOS SELECCIONADOS
Vamos allá. Ocupo mi lugar frente al cura, y tengo el deseo irrefrenable de mirar el reloj.
Llega tarde, ojalá y no llegue siquiera.
La heredera
Sonia vivía un encierro voluntario. Todo había comenzado cuando decidió colgar las perchas de las vivencias y cerrar la puerta del armario.
Se despierta con un regusto a sangre seca en la boca. Escupe contra el suelo y se pregunta si la sangre es suya o no.
Tardó demasiado tiempo en descubrir lo fácil que era matar, pero todavía no era tarde…
Se levantó, despacio. El tren se acercaba. No había vuelto a ver a Alex desde aquel día en el lago, cuando Sandra desapareció.
Era el último día de su vida, pero no le importaba. Había logrado que nadie descubriera su secreto
Helena, como todas las mañanas, no reconoce su rostro en el espejo. Como todas las mañanas, se asusta. Luego recuerda el “incidente”.
Estaba oscuro, el viento soplaba con furia; allí estaba ella, sola, sin rumbo sin ganas de continuar su dura batalla.
Los caballos se inquietan. La luna se abre paso a través de la densa nubosidad y deja al descubierto un cuerpo colgado en la horca…
Nunca debí decirle al bruto de Angus que vi a su hermana menor subida en el coche del reverendo en las afueras del pueblo.
Apareció de la nada, su pequeña manita me sujetó y me devolvió el aliento perdido, hacía 20 años que no respiraba así, desde el suceso.