Seleccionados #ViernesCreativo: No era un fantasma + cita sorprendente

EN 15 LÍNEAS MÁXIMO DE WORD, ESCRIBE LA HISTORIA DE UNA PERSONA QUE ACUDE A UNA CITA ROMÁNTICA CON OTRA… Y EMPIEZA A SENTIRSE ATRAÍDO POR OTRA PERSONA DISTINTA ALLÍ MISMO

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TEXTO CON MÁS ME GUSTAS

Pilar Navarro Colorado Cuando empezamos a hablar, pensé que tenía un problema: quizá no me miraba a los ojos por timidez, quizá fuera bizco… Mi bolso cayó del respaldo y al girarme para colocarlo de nuevo en la silla, comprendí. Ahí estaba, al fondo del bar. Guapa, perfecta, esbelta y todo lo que yo no era. La invité a sentarse con nosotros. Él se ruborizó al tiempo que se aburría con esa muñeca sin conversación. Le dejé la cuenta y salí riéndome.

Me gustas: 7

OTROS TEXTOS SELECCIONADOS POR SU CALIDAD U ORIGINALIDAD

Conchi Gutierrez Es la segunda vez que nos vemos y ya me quiere presentar a su hermana. Entiendo que no seamos unos críos y se tome esto en serio, pero que me deje al menos decidir si volveremos a quedar después de esta encerrona. Yo no quiero todavía comprometerme en una cita familiar tan pronto. ¡Y encima en el cine, pero ¿qué se puede hablar con nadie en un sitio así?! Su hermana, junto a las taquillas, nos saluda con la mano. Yo sonrío de manera hipócrita al descubrir además que es una cita a cuatro cuando me presenta a su novio.
–Él es Fabián. –No oígo nada más, su voz encuentra mi oído en un susurro que dimanita el mundo a mi alrededor. Ella me mira a los ojos con una sonrisa cómplice. Nuestra mirada crea una atmósfera ardiente sobre nuestros cuerpos, que no dudo alcancen la combustión por deseo mutuo. Su rostro roza el mío como saludo, sus labios están a un beso escaso de los míos.
–Te ha gustado mi hermana –afirma mi pareja sin vacilar. No parece extrañada.
–¿Qué? No. Para nada –me excuso rápido. No creo que se me note una erección ¿verdad?
–Vamos, en tu perfil de Meetic no parecías tan cobarde. Te elegí precisamente para esto. Yo no soy la que lee, espero a que hagan la película. ¿Ves a Fabián? Él es quien protagoniza mi vida.
Su hermana vuelve a sonreír, anulando mi razón. Ella será la estrella de mi película de enredos.

Glauka Kivara La primera impresión fue buena. No era tan alto y guapo como yo, pero llevaba un traje elegante. Me sentía cómodo, pero no especialmente ilusionado. La tercera vez que mi cita fue al baño, me fijé en un chico que estaba un par de mesas más allá. Tenía la melena castaña recogida en una cola zarrapastrosa y su camisa de cuadros parecía comprada en Alcampo. ¿Era su aspecto estrafalario lo que me impedía apartar mi mirada?
Pocos minutos después se acercó a nuestra mesa y mi corazón empezó a latir con más fuerza.
– Perdonad, ¿me podéis dejar un servilletero? En mi mesa no hay, y vosotros tenéis dos.
Estuve a punto de alcanzárselo cuando mi acompañante me sorprendió.
– ¡No! ¡No te lo doy! –chilló con el rostro enrojecido y al borde de las lágrimas– ¡Me he esforzado mucho por tener dos servilleteros y no le voy a dar uno a un piojoso como tú!
Me quedé estupefacto. ¿Qué había sido del chico educado y amable con el que llevaba horas conversando?
En su siguiente visita al baño, tomé el servilletero y me dirigí con decisión al melenudo.
– Perdona –le dije–, no esperaba esa reacción de mi compañero, me quedé paralizado.
– Tranquilo, buscaba una excusa para hablar contigo y ha funcionado –me guiñó el ojo – ¿Te apetece que vayamos a charlar con unos botellines?
– Vamos –le sonreí– Sé de un sitio donde hacen una pizza cojonuda.

EN 15 LÍNEAS MÁXIMO, ESCRIBE UN MICRORRELATO CON EL TÍTULO: “NO ERA UN FANTASMA”

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¿Qué habrá pasado ahí? ¿Quién pensó que había un fantasma y por qué? ¿Y qué era, en realidad… otro monstruo, una persona, un animal? ¿Se trataba de una broma, una confusión o de algo aún más terrorífico? ¡Sorprendednos!

 

TEXTO CON MÁS ME GUSTAS

Silvia Favaro No era un fantasma.

Cuando lo despidió en el cementerio supo que lo volvería a ver; que no le pregunten porqué, así lo sintió y punto.
La lluvia no era romántica, las gotas frías corrían por su cuerpo como hormigas rabiosas y los dientes se expresaban involuntariamente con un castañeteo constante.
Se resguardó bajo un toldo y tiritaba como posesa; tenía que llegar pronto hasta su casa, poner los pies en agua tibia y rememorar las noches maravillosas con Iván.
Abrió la puerta despacio, como temiendo despertar a alguien. Se miró en el espejo del pasillo y sintió lástima de ella misma, parecía un ratoncito que había salido de un estanque y buscaba refugio desesperadamente.
Se desvistió lentamente sopesando sus movimientos; estiraba sus pies seduciendo al aire, se sentía observada y eso la excitaba en demasía.
Unas manos le acariciaban la espalda, sintió escalofríos y miró hacia atrás con terror.
—¡Mauro!, ¿cómo te atreves a asustarme de ese modo? —acompañó al grito con una cachetada.
El amante explotó en carcajadas, a ella se le erizó la piel.
—¿Pensaste que tu maridito volvió del más allá?

Me gustas: 7

OTROS TEXTOS SELECCIONADOS POR SU CALIDAD U ORIGINALIDAD

Juana Muñoz Garcia-calvo El mar, afilado y duro, se extendía ante ellas como un diamante oscuro.
– Mañana es Nochebuena, ¿Vendrás?- preguntó Anna con intensa emoción.
Paula asintió con la cabeza, suavemente.
Una familia de turistas bulliciosos pasó por su lado.La niña pequeña sonrió a Anna.
– Anna, pronto me iré.
– Lo sé – musitó Anna.
Las dos hermanas se fundieron en un abrazo interminable.
En la playa, un perro jugaba feliz junto a la orilla.
Paula se desvaneció en el horizonte gris plomizo,como todas las mañanas.
– Pronto me iré – murmuraron inquietas las gélidas olas.
Es Navidad.

Jose M Fernández Llegué a aquella ermita románica porque alguien me la recomendó. Escondida en un valle perdido, no era fácil de encontrar. Me fijé en sus esculturas adosadas; me extrañó no ver ninguna referencia divina, ni siquiera bíblica. En las jambas de la portada aparecían unos seres diabólicos, espantosamente feos. Luego, en el tímpano, donde debería aparecer la imagen de Dios todopoderoso, se observaba claramente la figura de una especie de león con unas garras enormes.
Como estaba cerrada, rodee el edificio; serpientes, cerdos, machos cabríos decoraban profusamente los frisos de las paredes. Tanto monstruo acabó sugestionándome y me asusté. De repente, escuché unos sonidos ásperos y profundos procedentes del interior. Me alejé presuroso del edificio.
Sentí que me tocaban la espalda y di un respingo. Me giré y vi un viejo aldeano:
–¡No se asuste, no son mas que sonidos de una película de terror! –dijo.
–¿No era un fantasma? –pregunté incrédulo.
–¡No hombre, no! Los ruidos los pongo para espantar a los turistas, que son una plaga. Ya no vienen. Aunque ahora les ha dado por acudir a unos jóvenes vestidos de negro y con alfileres en la nariz; esos sí que dan miedo.

Luciana Elsa Bonzo Suárez No era un fantasma

Envuelta en un resplandor violeta me dijo, sin mover los labios, que debía despertar. ¿Acaso era un sueño? No dormía, no obstante, tampoco estaba consciente.
Por un instante supuse que se trataba de un espíritu, un fantasma que vagaba por el mundo de los vivos sin saber que pronto me convertiría en uno.
La sirena se alejó cuando llegaron en mi auxilio. Las últimas burbujas son saladas. Mi cuerpo se hunde inexorablemente.

Isa Hdez No era un fantasma
Presumía de ser muy valiente y todas sus amigas la ponían de ejemplo cuando sufrían alguna dificultad, pero lo cierto es que no lo era tanto como ellas creían. Lola vivía sola en un ático de una vieja calle parisina. Alguna tarde la visitaban todas para tomar el café, y jugaban a las cartas en el acogedor saloncito desde donde se divisaba la Torre Eiffel, tenía un amplio ventanal y, cuando llovía resbalaban las gotas como perlas que estallaban contra el cristal.

Mientras estaban sus amigas el ambiente era tranquilo y solo se alteraba con las voces de ganar o perder la partida. Ella no quería disipar ese apodo que le atribuían sus amigas de valerosa, y, callaba cuando él tocaba en el cristal. Solo Lola lo veía, era como un verdadero fantasma que solo la miraba a ella con aquellos luceros brunos azabache, que brillaban por los dos boquetes de la sabana clara que lo cubría y la inquiría para que revelara su presencia, pero su mutismo era absoluto. Sus amigas se despedían y parecía que el fantasma se marchaba con ellas. Lola lo llamaba para que saliera cuando se encontraba a solas, pero no aparecía; lo buscaba y le gritaba para enfrentarse a él y no había forma alguna de que asomara.

Ella, aburrida de tanto callar y sufrir en silencio, una tarde no pudo más y se lo contó a sus amigas; todas se miraron y coincidieron en que debían visitarla con más frecuencia. No era un fantasma sino la visión de la soledad de su existencia.

Ma Ry No era un fantasma, era la forma tan sutil que tenía de balancearse sobre la Muerte sin miedo a caer.

 

Para seleccionar estos textos, desde Portaldelescritor siempre tenemos en cuenta diferentes aspectos: que cumplan el reto, la calidad literaria, la originalidad, la redacción (no aceptamos textos con varias faltas de ortografía) y además siempre intentamos -en la medida de lo posible- incluir participantes diferentes y no repetir muchas veces a los mismos autores.