Seleccionados #ViernesCreativo: Jaque mate y “venía de muy lejos”
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Para seleccionar estos textos, desde Portaldelescritor siempre tenemos en cuenta diferentes aspectos: que cumplan el reto, la calidad literaria, la originalidad, la redacción (no aceptamos textos con varias faltas de ortografía) y además siempre intentamos -en la medida de lo posible- incluir participantes diferentes y no repetir muchas veces a los mismos autores.
ESCRIBE UN MICRORRELATO (15 LÍNEAS MÁXIMO DE WORD) QUE COMIENCE ASÍ: VENÍA DE MUY LEJOS.
TEXTO CON MÁS ME GUSTAS
Eloy Villaseñor Venía de muy lejos y tenía mucha hambre. Estaba cansada. Detrás de mí, también cansados y hambrientos, me seguían ellos. Sus vidas dependían de mí. No podía rendirme. Tenía una razón para seguir luchando.
A veces el recuerdo de aquél doloroso pasado me atormentaba. Pensaba abandonar este mundo cruel. La muerte era mi única opción. Pero al verlos a ellos, tan pequeños e indefensos, me daba fuerzas y esperanza. Entonces seguía adelante.
Seguimos caminando por muchas horas.
Me rendí. Sabía que no lo lograríamos. Al fin y al cabo la vida sólo nos había dado sufrimiento.
Cerré mis ojos y ellos se acercaron a mí. Nos abrazamos y dejamos que la muerte nos alcanzara juntos.
No sé cuánto tiempo pasó. Para mí fue una eternidad.
Escuché que alguien hablaba cerca. Pensé que era la muerte que nos llamaba. Abrí mis ojos y vi a dos niños que nos observaban.
—¡Están vivos!— dijo uno de ellos.
—¿Qué?— preguntó el otro.
—¡Que están vivos! ¡Avisa a papá que encontramos a una perrita con sus cachorros! ¡Rápido!
Uno de los niños se alejó corriendo.
Cerré mis ojos y sentí una mano que acariciaba mi cabeza. Si pensaban lastimarnos y abandonarnos como la última familia que habíamos tenido, hubiera preferido morir allí mismo.
Pero estaba equivocada.
Cuando llegó el padre de los chicos me pusieron en una caja junto con mis cachorros. Nos llevaron a su casa donde nos dieron agua y comida. Más tarde llegó una chica que nos dio comida muy extraña pero que nos hizo sentirnos muy bien. También nos picaron con unas agujas muy grandes.
Mis cachorros comenzaron a jugar. Solo recibíamos caricias y abrazos.
Y entonces, en medio de cierto temor, el padre de los chicos dijo algo que cambió nuestras vidas para siempre y que nos hizo muy felices:
—Los adoptamos a todos.
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OTROS TEXTOS SELECCIONADOS POR SU CALIDAD U ORIGINALIDAD
Carmen Fernández Rocha Venía de muy lejos, y en sus huellas traía toda la carga del pasado.
Tenía la mirada quemada por el frío. Por un invierno cruel, que segó su primavera y le arrebató el verano, sin darle la menor oportunidad al otoño.
Todo era yermo en su camino. Los árboles estaban abandonados a su suerte, sin un solo pájaro que les animase el día.
Pero ella caminaba, sin desfallecer, en busca de un albergue con chimenea de leña y una cocina. Necesitaba calentar el alma, y los pies doloridos de tanta herida sin curar.
Pero sobre todo, lo que de verdad le urgía, era alimentar la raquítica esperanza. Esa, que había menguado tanto ya, que apenas sentía su peso en la mochila.
Y la necesitaba. Tanto como el marino necesita el faro, que le ayuda a no naufragar contra los acantilados de la costa.
Venía de tan lejos, que su memoria ya no recordaba el punto del mapa de donde había partido.
Una tarde llegó. Entró en la casa, y en sus ojos se deshelaron todos los inviernos.
Jose M Fernández Venía de muy lejos. De un lugar que él, que ya estaba acabando la primaria y era bueno en geografía, no sabía ubicar en ningún mapa.
Mucha gente le esperaba; era un héroe, un hombre excepcional. Así lo proclamaba Don Anselmo, el alcalde, que obligó a medio pueblo a acudir a la estación para recibirlo. «Ya llegó el hijo pródigo. El niño de sus ojos. ¿Cuánto me alegro de que el viejo esté en la tumba y no pueda ver esto!». Murmuraba su madre, por lo bajo, aunque él podía oírla.
Bajó del tren con el uniforme militar puesto, cojeando y demacrado, aunque altivo. Saludó a la gente y se metió en un coche grande y negro. Ni se esperó a que tocaran el himno nacional.
–¿Por qué es un héroe, mamá? –preguntó Felipe.
–Porque ha matado a muchos como tu padre, hijo –respondió la madre.
–Pero el Capitán Trueno solamente mata moros, que son malos. Los héroes no pueden matar a los buenos y papá era muy bueno.
Miguel Gonzalez Venía de muy lejos. U siempre quiso ser la primera pero todas le decían que no se abría lo suficiente. O se conformaba con poco y se llevaba con todas. I y E pelearon hasta el final pero fueron buenas amigas. Mientras A, sabiéndose siempre la primera, se mofaba de U. Alguien que todo lo vio, conjugó los astros para mantener la cordura y forzó la situación. Dio un pisotón al diccionario y la primera y la última cayeron juntas con un unísono ¡au!
Teresa Lluqueta Venía de muy lejos, de otro país, de otro tiempo. Lo acogí bajo mi techo y le di cobijo. Fue difícil comunicarme con él, parecía vivir ajeno a lo que le rodeaba: al dolor, al amor, a las palabras… y así transcurrieron diez días con sus noches, hasta que una mañana vestida de lluvia y nubes grisáceas, mientras estábamos sentados en el avance de mi rulot mirando al mar embravecido, empezó a hablar: Relataba que su vida no había sido fácil, que luchó por sus ideales, por un mundo mejor, por la libertad. A contracorriente de la sociedad en que vivía, que cada vez se iba anestesiando más. La idolatría al ego, el no saber amar nada más que al ombligo de cada uno, despreciar todo aquello que difiere de tus convicciones y la compra de la felicidad en grandes almacenes, había llevado a su mundo a esa enfermedad de anestesia colectiva, que tanto daño le había infligido a él, y sus congéneres. Así que decidió escapar en busca de la emoción, del sentimiento perdido. Quería recobrar la risa, el llanto, el enfado…y por encima de todo el deseo de vivir. Me miró con sus ojos rotos por las lágrimas y en sus pupilas me vi reflejado. Era mi yo futuro el que se desvaneció al abrazarlo.
Carlos Jiménez Lacima Venía de muy lejos, de un lugar llamado La Tierra. Nos llevamos las manos a la cabeza. Hacía tanto tiempo que no escuchábamos ese nombre… Habían transcurrido cerca de treinta años desde que abandonásemos el planeta, forzados por el cambio climático, la división de la sociedad, el derrumbe del Estado –tal y como se conocía–, la ausencia de Derecho, la intolerancia, el extremo, las revueltas, la rapiña… En definitiva, la violencia a la que la mayor parte de la población se prestó por el hecho de prevalecer.
No eran muchos los afortunados que logramos partir de aquel infierno, pero –pronto– conseguimos establecernos en un planeta –con infinidad de recursos– que colonizamos hábilmente. Sin embargo, por lo que nunca habríamos apostado es por volver a dar con alguien perteneciente a ese horrible mundo que nos obligó a marchar.
En un principio, desconfiamos de las intenciones del tipo; a pesar de las explicaciones –bastante convincentes– que éste nos dio. No obstante, decidimos plantearle una última cuestión a la que –afortunadamente– respondió con la inocencia de un niño: ¿Sabe alguien que estás aquí?
Decidimos pulverizarlo. Tal como expliqué, respondió con sinceridad.
Kathy Guerrero Bejarano Venía de muy lejos, solitaria y perpetuamente pulcra y vanidosa. A pesar de lo lejos que quedaba su pueblo todos los domingos aparecía puntual con el primer resplandor del día.
El guardia apenas se comenzaba a despertar de su letargo clandestino. Se detuvo frente al portón y esperó paciente a que el oficial le diera la señal de pase. En su hombro colgaba un bolso repleto de provisiones que debían durar una semana: crema dental, jabón para el cuerpo, ropa limpia y cuidadosamente doblada, café en polvo y un libro de segunda. Le sonrió cariñosa al guardia cuando la hizo pasar. Esa mañana llevaba bollos de pan con anís que había horneado para su marido la noche anterior, sacó dos que llevaba separados y se los entregó al guardia, deliberadamente él rozó sus dedos, ella le lanzó una mirada hechicera.
-Buenos días -dijo el guardia suplente; ella no respondió.
La mulata pueblerina dio media vuelta y se marchó en busca del esposo que la aguardaba en una de las celdas del pequeño presidio, el oficial clavó los ojos en aquel cuerpo sensual, se resistía a creer que fuera la esposa de un criminal.
-Que no te vea el marido, recuerda que alimentó a los perros del pueblo con el cadáver del hombre que se sobrepasó con ella -mencionó el guarda suplente casi en susurro para no ser escuchado.
Olvidaron que a los prisioneros se les agudiza el oído y la puntería.
TEXTO CON MÁS ME GUSTAS
ESCRIBE UN MICRORRELATO (15 LÍNEAS MÁXIMO DE WORD) EN EL QUE APAREZCA LA EXPRESIÓN “JAQUE MATE”
TEXTO CON MÁS ME GUSTAS
Decidí dejarme la bufanda puesta, para hacer el recorrido de rutina.
El vaho se desprende de mi boca, al saludar a mis pacientes, por el amplio pasillo.
-¡Jaque mate! -gritó Pepe, alzando sus brazos, mientras jugaba un ajedréz invisible.
-¡Salven a la reina! -exclamó Elsa, con una contagiosa risa, mientras se subía sobre una silla.
Me sonreí de lado. Era un domingo por la tarde, gris y frío. Pero en sus mentes, el día brillaba refulgente.
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OTROS TEXTOS SELECCIONADOS POR SU CALIDAD U ORIGINALIDAD
Maria Dolores Garrido Goñi Estaba concentrado en el juego. Nada le debía distraer. Se jugaba su prestigio en esta partida y cada vez que tocaba una pieza, sudaba.
Su contrincante parecía tan relajado que le ponía nervioso; era como si estuviera seguro de ganar y no debía consentirlo.
En un momento, lo tuvo claro: ¡Lo iba a conseguir! «Si esta ficha la coloco allí, le obligo a mover y dejarme el hueco que necesito».
Tal y como lo dedujo, su rival movió ficha y como un rayo, colocó la suya gritando:
—¡Jaque mate!
Kike, de cuatro años, miró el tablero de tres en raya y, feliz de que su hermano, tan grande, jugase con él, comentó:
—¿Jugamos otra vez?
Concha Montoya Aquel día uno de los Alfiles blancos decidió no jugar la partida que estaba programada. —Estoy harto—dijo—, de ser una pieza menor en el tablero,así que se declaró en huelga.El resto de las piezas muy preocupadas sé reunieron para ver cómo resolver el problema,ya que tenían programada una partida muy importante entre dos jugadores famosos en el mundo entero.
En la reunión, el otro alfil dijo entender a su compañero,pero que no intervendría puesto que eran amigos, las Torres muy dignas en sus esquinas decidieron no moverse de su sitio y pasar de la reunión, los peones que llevaban tiempo reivindicando algo parecido acordaron ponerse en huelga en la siguiente partida. Aquella reunión era un desastre y avisaron al Rey que llegó acompañado de sus Caballos que se presentaron muy orgullosos de su posición. El Rey habló con el Alfil y le propuso una idea, que a partir de entonces le ayudara a realizar un Jaque Mate contra el Rey Negro.
Como este mate es muy complicado,el alfil se sintió tan importante que enseguida aceptó. Todos respiraron aliviados, había pasado el peligro. La jugada acabaría bien.
Papallona Lila Es un domingo lluvioso y en el salón de casa una niña exclama:
-¡ Jaque Mate, papá!
El padre sonríe orgulloso, él mismo le enseñó a jugar hace menos de dos años. Ya ha ganado al maestro.