Seleccionados #ViernesCreativo: cuento de hadas para adultos + sueño hecho realidad
ESCRIBE (15 LÍNEAS MÁX) UN CUENTO DE HADAS… PARA ADULTOS
Se llama “cuento de hadas” a esas historias en las que aparecen criaturas mágicas del folklore popular: hadas, duendes, ogros, gigantes… generalmente con moraleja y dirigidas al público infantil. Pero nuestro reto será escribir una historia cuya temática sea ADULTA, a pesar de esa ambientación. Bien puede ser porque se trate de una historia de TERROR, o porque incluya escenas de sexo, o simplemente trate de temas que a un niño no le interesan, o escrito con un vocabulario para adultos. ¿Os animáis? ¡Vamos allá!
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TEXTO CON MÁS ME GUSTAS
Sandra Montes Troyano Martina caminaba por el sendero cogida de la mano de su hermana mayor. Ellas, vivían en una casita cerca del bosque desde hace poco tiempo, junto a sus padres. Esa tarde, se entretuvieron más de lo habitual en el bosque, se quedaron ensimismadas viendo un manto de diversos colores. La pequeña, quería coger algunas de esas flores, para su madre. En ese momento vieron un resplandor, después, varios puntos de luz revoloteaban a su alrededor. A continuación, una ninfa salió de un árbol cercano y las contempló. Las niñas, anonadadas la contemplaron. La ninfa vió las flores en su pequeña mano. Sin darles tiempo a reaccionar, sus facciones finas, delicadas y con semblante dulces se convirtieron en una cara horrenda, su boca con unos finos dientes de aguja, sus ojos rasgados y negros. Con un movimiento rápido, cogió a la pequeña Martina y desapareció tras el árbol. Su hermana, que no pudo reaccionar a tal escena, solo pudo oír los oídos ahogados de su hermana antes de marcharse. Las pequeñas luces que antes revoloteaban y jugaban con ellas, ahora, estaban de un rojo intenso y se abalanzaron a por ella. Desesperada, corrió por el sendero seguido de las hadas que por cada embestida que le daban, la herían con algo punzante. Tal era su desesperación, que no vió la gran roca que se alzaba delante de ella, dándose contra ella. Tendida en el suelo mal herida, unos pequeños gnomos la cogieron y la arrastraron por un agujero bajo la roca. Tras un grito, la calma se apoderó del lugar.
Jose M Fernández Abrió los ojos e intentó moverse. No podía; ningún músculo respondía a las órdenes de su cerebro. Tenía conciencia de estar tendido boca arriba sobre una superficie áspera. Si miraba al cielo podía ver infinidad de estrellas, pequeñas luces que parpadeaban sobre un fondo oscuro.
Observó que esas luces se movían, acercándose y agrandándose, adoptando pequeñas formas femeninas que parecían hablarle. ¡Qué espectáculo tan hermoso! Quiso responderles, pero fue incapaz.
Cientos de pequeños seres flotaban a su alrededor. Mantuvo sus ojos fijos en ellas, atentos. Le recordaban las ilustraciones de los cuentos de hadas que leía de pequeño.
«¡Eso es, no se duerma!» Un rostro femenino, inmensamente bello, lo contemplaba de cerca.
–Te pareces a ellas –dejo él con voz débil.
–¿A quién?
–A las hadas que veo volar
–¡Tranquilo, ya viene la ayuda! No te preocupes, estoy contigo –afirmó la mujer, sosteniendo su mano.
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OTROS TEXTOS SELECCIONADOS POR SU CALIDAD U ORIGINALIDAD
Yolanda Salgado Los duendes de voz se habían declarado en huelga. Eran tiempos felices cuando todo el conocimiento viajaba por el viento de persona a persona en forma de palabra. Volaban hasta su destinatario y, al llegar, se convertían en lenguaje. ¡El nacimiento de la escritura casi provocó la primera huelga de la historia! Creían que se dejaría de hablar y el conocimiento sería transmitido solo por los duendes de tinta. Pero hasta con la llegada de la imprenta el ser humano siguió buscándose, porque nada les hacía sentir tan vivos como escuchar “te quiero” de labios de alguien amado. Con el teléfono aprendieron a viajar por los cables y siguieron transmitiendo nuestros mensajes, pero las redes sociales fueron el golpe definitivo. Las personas dejaron de relacionarse, todo eran fotos con duendes de tinta que habían aprendido a transformarse en caracteres digitales y contaban nuestras vidas a quien quisiera leerlas. Así que para que viéramos lo mucho que los (y nos) necesitamos, los duendes sumieron al mundo en el silencio al negarse a transmitir nuestros mensajes. Ni los pájaros podían cantar, ni los niños llorar… ¡ni siquiera las tormentas podían tronar! Pero cuando un gracias sincero nació de un corazón asustado, volaron de nuevo y desearon que volviéramos a creer en el poder de las palabras. Porque algunas debían ser oídas y querían ser ellos quienes las transmitieran.
Kathy Guerrero Bejarano En un pequeño bosque se levanta un castillo de blancos muros. Dentro de tanta blancura vive un hada de escasos cabellos y ojos rendidos, lleva encima tantos años que respira con marcado esfuerzo. Está sentada frente a una mesa rústica donde reposa una esfera transparente. En su cara emerge una sonrisa mellada al ver la cristalina aparición. Una mujer con capa negra y capucha se acerca con pasos apresurados a su comarca. La solitaria figura sube la pendiente hasta llegar a la barbacana donde la recibe el único guarda de seguridad.
-Soy la Reina Grimhilde, necesito ver el hada. Lléveme hacia ella.
El guarda vaciló recordando la sensual figura que se esconde debajo de aquella capa negra.
-¿Qué conveniencia te trae hasta aquí?
La reina se encaminó hasta donde estaba su hada mentor, se arrodilló y le besó las rugosas manos.
-Estoy urgida de tu influencia. Necesito una nueva pócima -sollozó la reina.
-Hace catorce años te fuiste diciendo que ya lo tenías todo y lo sabías todo…
-Estoy perdida. Tengo un amor irrealizable que solo me puede acariciar con la mirada cuando me ve desnuda. Enamorarme de él nunca fue mi intención, pero tantas veces me dijo que yo era la más bella del reino que…
-¿¡Te has enamorado de un espejo!?
Concha Montoya Desde que nació todos dijeron que parecía una princesa y la pusieron de nombre Hada, era una niña preciosa,encantadora y muy dulce. Todo el mundo la quería, ella con una gran sonrisa y agitando su cabello rubio les correspondía mirándoles con unos inmensos y profundos ojos azules, era igual que una hada, una ninfa de los bosques. Pero el tiempo pasó y aquella niña se perdió en el oscuro bosque de la vida, su belleza se marchitó, su carácter se agrió y un día alguien a su lado dijo “mira cariño, como sigas así acabarás como esa bruja que está ahí sola”
ESCRIBE UN MICRORRELATO QUE COMIENCE CON ESTA FRASE: “AYER UNO DE MIS SUEÑOS SE HIZO REALIDAD; Y ODIÉ CADA MOMENTO DE ESE DÍA”
¿Qué ha podido pasar? ¿Cuál sería ese sueño cumplido? ¿Y por qué no le gustó? ¿Quién es el personaje que habla, un adolescente, un señor mayor, una turista, una mujer con gafas que busca venganza…? ¡Misterio! Desveládnoslo con vuestros relatos, estoy deseando saber qué surge de aquí.
TEXTO CON MÁS ME GUSTAS
Ana Burgos Alcaide Ayer uno de mis sueños se hizo realidad; y odié cada momento de ese día. Eso pensaba Margaret Bradford cuando, a la mañana siguiente, descubrió el cadáver de su marido tendido en la cama. Una hora más tarde, el doctor Shelmon confirmaba la causa del fallecimiento: un fulminante ataque al corazón. Margaret se convertiría en la joven viuda del señor Bradford, pero sin un céntimo en su bolsillo. La próxima vez esperaría a que su futuro marido hiciera testamento y heredara toda su fortuna, antes de desear nada.
Yazmín Pérez Torres Ayer uno de mis sueños se hizo realidad; y odié cada momento de ese día. Llevaba años reclamándole que me cumpliera su promesa de dejar a su mujer y venirse a vivir conmigo. A las 9:00 am, media hora después de darle un ultimátum por teléfono, se apareció en mi casa con tres maletas. “Aquí me tienes, amor. Soy todo tuyo. “ Las emociones se sucedieron inexorables. De la sorpresa pasé a la alegría; de la satisfacción a la euforia por el triunfo. A las 3:00 pm, al verlo tumbado en el sofá, roncando, me entró el aburrimiento y la decepción. A las 9:00 pm el Uber ya estaba en la puerta de mi casa y el chófer me ayudaba a subir al baúl el equipaje que desde esta mañana yacía intacto en la sala, según entró.
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OTROS TEXTOS SELECCIONADOS POR SU CALIDAD U ORIGINALIDAD
Alicia Gavilán Ayer uno de mis sueños se hizo realidad; y odié cada momento de ese día. Ingresamos al hospital con lógica ansiedad. Luego de nueve meses, había llegado lo esperado: íbamos a ser padres. El trabajo de parto se extendió por doce dolorosas horas. Los médicos se notaban nerviosos. Al cabo de tanto tiempo en el quirófano, decidieron realizar una cesárea. Semiadormecida cuando culminó la operación pregunté por mi bebé. ” No ha podido ser” respondió el doctor con lágrimas en los ojos y voz quebrada.
Ese día, al perder a mi hijo, supe – como una paradoja fatal – lo que era ser madre.
Erick Majtzul Ayer uno de mis sueños se hizo realidad; y odié cada momento de ese día. Sabía que era cruel obligarme a presenciarlo. Pero tenía que cumplir mi promesa de estar con él en cada momento. Mi sueño era tenerlo frente a mí, ¡en ese altar! ¡Sería nuestro altar, nuestra boda!
Ahora tengo que resignarme a esto, a tenerlo frente a mí, sabiendo que no soy yo a quien está frente a él, y que no seré quien esté a su lado el resto de su vida.
Esto se ha convertido en un sueño frustrado.
Lorena Martí Ayer uno de mis sueños se hizo realidad; y odié cada momento de ese día. Sí, por fin se dirigió a mí. Sí, me rozó con la piel de sus dedos. Sí, me llevó en brazos. Pero no fue porque le interesase, ni porque quisiera hacerme estremecer, ni porque me llevara a la cama… Fue porque, después de casi desfallecer por una gastroenteritis, mi compañera de piso me llevó a urgencias. Y él me subió en una silla de ruedas. Así, con mi pelo aceitoso, mi cara de Gollum y mi pijama de conejitos. El impacto fue tal, que no pude evitar vomitar de nuevo, salpicando sus zuequitos de enfermero mono. Pero él me limpió, me dio palabras de consuelo y siguió llevándome. Así, por joder. Para que muriese más por él, si eso era posible. Más tarde, tuvo que venir urgentemente llamado por la médica que me atendía, para llevarme al baño porque me chorreaba el “chocolate a la taza” por la pernera del pijamita molón… Tendré que olvidarme de él, urgentemente. Y si no lo consigo, creo que prefiero quedarme sola para siempre jamás con tal de que él no me vuelva a ver. No sé si lo podría soportar.
Oía conversar a dos personas. Me lancé. Me abrió una mujer de unos cincuenta años. Me preguntó qué es lo que quería y yo le dije que buscaba a Felipe Roa.
Insistí en que debía darle una carta. La señora muy amable llamó al hombre al que yo buscaba impaciente.
Me saludó muy atento e insistió en si podía ayudarme en algo. Yo le dije que sí. Era atractivo para su edad. Tendría sobre cincuenta y tantos años, pelo canoso y barba blanca abundante. Cogió el sobre y lo abrió sin dejar de mirarme, mientras insistía que no entendía nada.
Después de unos instantes de silencio, suspiró, y sus ojos se posaron sobre mí. Yo estaba fría, y mis manos sudaban esperando una reacción de aquel desconocido.— Lo siento. No tengo nada que decirte. Aquello ocurrió hace veinte años. Lo siento, de verdad.
Cerró la puerta. Bajé las escaleras como perro que que le cortan el rabo. Mis ojos llenos de lágrimas impedían ver claramente.
Mi madre me esperaba dentro del coche. Me miró.
—Te lo dije cariño: Querías conocer a tu padre, pero él a ti, no.
Para seleccionar estos textos, desde Portaldelescritor siempre tenemos en cuenta diferentes aspectos: que cumplan el reto, la calidad literaria, la originalidad, la redacción (no aceptamos textos con varias faltas de ortografía) y además siempre intentamos -en la medida de lo posible- incluir participantes diferentes y no repetir muchas veces a los mismos autores.
Los textos seleccionados aparecerán publicados en el libro del grupo a principios del año que viene.