Seleccionados #RetoEscritura: un olor, un color, un sabor o una textura
Escribir una historia sobre un olor, un color, un sabor o una textura
Recordad que desde nuestra APP gratuita de Portaldelescritor podéis acceder al grupo de Facebook desde vuestro móvil y leer allí mismo el reto, además contar con un generador de personajes e historias, un manual gratis para escritores y los consejos de escritura del blog de Diana P. Morales.
Para seleccionar estos textos, desde Portaldelescritor siempre tenemos en cuenta diferentes aspectos: que cumplan el reto, la calidad literaria, la originalidad, la redacción (no aceptamos textos con varias faltas de ortografía) y además siempre intentamos -en la medida de lo posible- incluir participantes diferentes y no repetir muchas veces a los mismos autores.
RELATO CON MÁS “ME GUSTA”
Tus dedos se deslizan sobre los puntos irregulares de los folios y según tu, lees una historia de amor; yo creo que te la inventas.
RELATOS SELECCIONADOS
Cuando le di fuerza al mezclador, apareció el color del chocolate de la abuela, de esos añorados cumpleaños de lágrimas y risas.
Te llené de flores el camino. Baje la lluvia en tu secano. Jamás un gesto amigo!. Tus pisadas, marchitaron el olvido
Un olor; tú.
Un sabor; la boca tuya.
Una textura; siempre tus manos.
Una visión; la mirada.de tus ojos….
El sonido de tu voz… cuando susurra mi nombre.
La barbilla de Eros, con su lija, raspa un gemido, le arranca un suspiro a la enamorada y retrocede.
Ella lo atrae.
—Quiero más —susurra.
Escoger la olla familiar, guisar la receta materna, suspirar, sentir el aroma a comida de infancia, poner un solo plato en la mesa y llorar.
Tu piel huele a placeres, a siestas de tarde fallidas. A fruta de temporada, con el sabor de todas las estaciones.
Despierta sumamente alterado. ¿Qué soñó que lo ha perturbado? Respira profundamente para relajarse y lo entiende: El aire huele a recuerdos. Rompe en llanto.
Olía mi casa, los domingos, de sobremesa, a café recién hecho. Y a burbujeo de cafetera italiana.
Un llanto hiposo se hizo eco en el cuarto vacío; y en el armario, el polvo se posó en las perchas solitarias.
Volvieron a verse. Su encuentro fue casual, pero se miraron, se abrazaron, se olieron… No hizo falta más.