Seleccionados #RetoEscritura: imagen chica fantasma + “Al otro lado del edificio se oyó un grito”

Estos seleccionados entran en el sorteo de Septiembre-Octubre de una bolsa de tela de Portaldelescritor, un taller de microrrelato y una revisión personalizada de un texto de hasta 3000 palabras. 

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¿Quién es esa joven? ¿Qué ha pasado, por qué lleva un vestido de boda pero está sola y en una casa en ruinas? La solución: en vuestros relatos. Recordad que puede ser de cualquier género: fantasía, realista, terror, ciencia-ficción, romántico, erótico, misterio… ¡Vamos a ver qué surge!

Recordad que desde nuestra APP gratuita de Portaldelescritor podéis acceder al grupo de Facebook desde vuestro móvil y leer allí mismo el reto, además contar con un generador de personajes e historias, un manual gratis para escritores y  los consejos de escritura del blog de Diana P. Morales.

TEXTO CON MÁS ME GUSTAS

Maria Jose Bravo Moñino Partículas de polvo se cuelan a través de los cristales rotos del ventanal del que soñé que sería el salón de recepción de nuestra boda. Se respira un ambiente cargado de ausencias, mis pensamientos están muy lejos de aquí, están contigo, pero ¿tú dónde estás?
La única muestra que dejas de tu presencia es ese balancín de madera y el ramo de mis flores favoritas. No hay nada más, no tengo nada más. Ya no quiero este fabuloso vestido, si no eres tú quien desea quitármelo con la mirada. Nada vale nada.

Ruego por tener una segunda oportunidad, la última. Ésa que me permita llegar a tiempo a tu vida y no abandonarla al primer malentendido. Nos faltaron palabras que decir, son las que ahora se ahogan con lágrimas empañando la vista con la niebla de la incredulidad. Sobraron horas muertas sin mirarnos a los ojos, añorando el roce de nuestros labios.

Las dudas me abrazan, haciéndome mil preguntas de las que no quiero saber la respuesta. Apenas recuerdo la risa de nuestro hijo, me venció el miedo por no llegar a ser lo que se esperaba de mi. Lo triste es que el miedo de aquella decisión, ahora me ha descubierto la soledad.

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OTROS TEXTOS SELECCIONADOS POR SU CALIDAD U ORIGINALIDAD

Juana Muñoz Garcia-calvo Salem 1692.
Amado mio :
Mi antigua alcoba llora, destartalada junto al balancín de mi infancia. A veces, recuerdo que estoy viva. La ciudad sigue inmersa en la ira de Dios, retorciéndose.
Junto a mi cama, brotan rosas frescas rememorando nuestra boda. Somos sombras de una locura.
Con amor, Rachel.

Roberta Parisio Querida Lejla:

Te mando esta foto en el día de tu boda. Es el testigo de la mía que no tuve porque la guerra me arrebató a Zlatan, el amor de mi vida. Sé que suena cursi, pero lo era, en aquellos tiempos en los que el amor parecía haber muerto, así como morían las personas debajo de los escombros.

Había heredado el vestido de novia de tu madre. Fue su regalo antes de marcharse a Italia, el país donde naciste. Tuviste suerte porque no viviste el hambre y tantos años de desesperación. Una desesperación que sólo la presencia de Zlatan aliviaba, hasta que una bomba se lo llevó. Fue pocos días antes de que terminara el sitio, cuando por fin Europa dejó de mirar a otro lado.

Quise hacerme esa foto en la casa en ruinas de tus abuelos, desafiando el frío de una primavera que no llegaba. Quise hacerles un homenaje, a ellos y a nuestra felicidad de niñas. Ni yo sé dónde encontré esas rosas, lo único hermoso que había quedado en nuestra ciudad donde antes nos rodeaba la belleza. Pero la belleza huye en presencia de la guerra, por esto me alegro de que no estuvieras cuando llegó, para que puedas seguir viéndola. Como la veo yo, a pesar de todo.

Tu tía Amina.

Sarajevo, 29 de febrero de 2020

Carolina Delgado Los gritos de mis padres me despertaron en la oscuridad de la noche. No se trataba de una pelea; eran gritos de miedo, de súplica. Alguien les estaba amenazando. Oí la voz de mi padre rogando al intruso que no les hiciese daño, que le habían dado todo lo de valor que había en la casa. Me costó reconocerla, acostumbrada a una voz firme y clara. Mi madre se oía en segundo plano, como ida: “por favor, Dios mío, por favor…”. Dos disparos muy seguidos. Silencio.
Me quedé en la cama, tapada hasta la cabeza, la respiración acelerada y los ojos cerrados con fuerza; tanta, que cuando apareció la policía, un rato después, me dolía toda la cara. Tenía 6 años.
No había vuelto a poner un pie en esta casa. Hasta hoy. Ha sido un día lleno de emociones y mis padres han estado en mi pensamiento todo el tiempo. A ellos les traigo el ramo, a esta casa, que hasta ahora representaba la desgracia. Desde hoy será el hogar donde compartimos momentos maravillosos y donde empezar una nueva etapa. Que todo el amor que siento borre cualquier huella oscura que pueda quedar en ella.

Miguel Ángel Villar Hoy elevo la vista hacia este techo que se deshace en escombros. Intento distraer el desconsuelo entre las ruinas de esta cruel guerra, pues si agacho la mirada, mi manos tatuadas en henna y el blanco que visto, me hacen presente que la gran farsa de mi boda no es más que un secuestro pactado.

Desde que mi padre concertara esta unión, solo he encontrado miradas lascivas en mi prometido, ni el más mínimo brillo en sus ojos, ni un atisbo de dulzura en sus palabras. Ante todos, y sobre todo ante él, habré de fingir entusiasmo por entregarme a una existencia sumisa, escenificar una gran dicha, aún a sabiendas de que esta noche seré violada.

Tras las puertas escucho pasos, vienen a buscarme, y estas serán las últimas lágrimas que hoy pueda derramar. ¿Por qué no puedo compartir mi vida con Kamila? ¡Juntas seríamos felices!.

Otras familias en Kosovo, las cristianas, finalizada la ceremonia comienzan las celebraciones tirando arroz sobre los novios. Tan solo deseo que hoy, en lugar de arroz, caiga fuego de mortero serbio sobre nuestras cabezas. Porque solo el enemigo puede liberarme, solo su castigo puede detener esta infamia.

Inma SH  El silencio era atronador, no lo soportaba. Dos días después de lo que creyó el fin del mundo, no había visto a nadie con vida, ni siquiera algún animal. No podía estar sola, no queria aceptarlo. Seguiría andando hasta encontrar a otros supervivientes.
Terminó la bolsa de cheetos que encontró encima de la mesa del salón y siguió buscando por una más de las muchas casas que habían sido devastadas. Colgando de una percha, por fuera de la puerta del armario de un dormitorio enorme, vio un vestido de novia muy polvoriento y manchado. Lo sacudió y sin pensarlo se lo puso encima de la poca ropa que le quedaba echa jirones. Y allí se quedó, pensativa, durante casi una hora. Cuando salió del ensueño partió de nuevo en su desesperada búsqueda pero ahora vestida de esperanza.

ESCRIBE UN MICRORRELATO, HASTA 15 LÍNEAS MÁX DE WORD, QUE COMIENCE ASÍ: AL OTRO LADO DEL EDIFICIO SE OYÓ UN GRITO”

¿Qué ha pasado? ¿Es un grito de miedo, de advertencia, o están llamando a alguien…? La solución, ¡en vuestras historias! Además, el cuento puede ser del género que queráis: misterio, terror, humor, amor, fantasía, infantil, ciencia-ficción, etc…

TEXTO CON MÁS ME GUSTAS

Ana de Haro Al otro lado del edificio se oyó un grito y eso fue la señal de alarma para todo el vecindario. Era, sin duda, la voz de Carlos, del 6º-A. Aun sin distinguir sus palabras, todos sabemos lo que significa: ellos han vuelto. Como una reacción en cadena, suenan pasos apresurados, puertas cerrándose. Luego, el silencio. A salvo tras la puerta, contengo la respiración. Ya no se escuchan los gritos de Carlos. Han acabado con él. Oigo cómo llaman a la siguiente puerta. Insisten, una y otra vez, implacables. Pronto estarán aquí. Me aseguro de apagar todas las luces. Entonces, percibo el ruido característico de nuestro portal: alguien entra en el edificio. Miro el reloj: las siete. ¡Oh, no! Es la hora en la que la señora Gómez regresa tras su paseo diario. Es una ancianita adorable: camina a pasos cortos, como un pajarito, ayudándose de un bastón. Debería salir y advertirla; ofrecerle refugio hasta que todo termine. Mientras dudo, el ascensor comienza a subir. Ya es demasiado tarde: la señora Gómez está perdida, caerán sobre ella en cuanto llegue a su piso. Voy a la cocina y acallo mi conciencia mordisqueando nerviosamente un poco de chocolate. En la oscuridad, me digo a mí misma que no pasa nada, que todo terminará pronto. Conozco el proceso: ya ha sucedido antes. En una hora todo habrá acabado. En una hora, los vendedores de enciclopedias se habrán ido.

Kathy Guerrero Bejarano Al otro lado del edificio se oyó un grito. Casi todas las noches sucedía lo mismo, por lo que ya no llamaba la atención de nadie. Ruth estaba luchando contra el sueño cuando lo escuchó. Eran los gritos del hombre que de vez cuando se topaba en el ascensor, Mr. Bruce, un tipo entrado en años al que le faltaba una pierna. Ella era la única que sentía pena por él. Dejó la cama que aún estaba fría y se tomó un trago de vodka para entrar en calor. Cruzó el pasadizo del edificio hasta llegar a la puerta del lisiado, giró el pomo que deliberadamente estaba sin el seguro. Por la ventana un haz de luz penetraba en el aposento que dejaba apenas distinguir la figura del hombre en la cama. Ruth se acunó al lado de aquel cuerpo tibio que todavía olía a metralla, a sangre vetusta, y le susurró: -Querido Mr. Bruce, o teniente Bruce, aquí estoy, vine a espantarle los fantasmas de la guerra. El hombre emergió de la sábana donde se escondía como si fuera su caparazón. Agitado y con los ojos llenos de agonía se dejó abrazar por el cuerpo delgado de aquella joven que apenas conocía.

Me gustas: 9

OTROS TEXTOS SELECCIONADOS POR SU CALIDAD U ORIGINALIDAD

Roman Manchado Al otro lado del edificio se oyó un grito. Pero no alcancé a ver quién era en mi caída. Solo sé que gritó mi nombre.

Erika Espinoza Rodríguez Al otro lado del edificio se oyó un grito. Marian aseguraba que a través de los barrotes entraba Leviatán y le obligaba a tener intimidad con él.
Las demás internas le aborrecían, aseguraban que era una treta para tener celda individual, eso pensaban hasta que aquello nació.
Las vigilantes lo recibieron como pudieron pues no había servicio médico esa noche, cuentan que era más bien una columna de humo que desapareció en las sombras.
Marian ya no grita, hay noches que solo arrulla a algo entre sus brazos, le han dejado la celda y el pasillo a ella sola, algunas dicen que ya se escuchan pasitos entre las sombras.

Balbina Lopez Al otro lado del edificio se oyó un grito aterrador. Un joven yacía en medio del asfalto ahogado en un gran charco de sangre, en su costado, incrustado tenía un diapasón, a su lado una joven con un violín en una mano y la otra manchada de sangre sonreía fríamente.

 

Para seleccionar estos textos, desde Portaldelescritor siempre tenemos en cuenta diferentes aspectos: que cumplan el reto, la calidad literaria, la originalidad, la redacción (no aceptamos textos con varias faltas de ortografía) y además siempre intentamos -en la medida de lo posible- incluir participantes diferentes y no repetir muchas veces a los mismos autores.

Los textos seleccionados aparecerán publicados en el libro del grupo a principios del año que viene.