Retos de Escritura de Noviembre 2016
Semana del 21 al 28 de Noviembre
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Claudio, el emperador, paseaba nervioso, seguía sin noticias de su esposa, Mesalina. Nadie parecía haberla visto; estaba al tanto de sus enredos amorosos, pero siempre regresaba al amanecer. Tenía un mal pálpito, las ‘desapariciones’ eran cosa corriente en Roma; las familias patricias eran insaciables.
Decidió buscarla él mismo, podía pasar desapercibido cuando era necesario; esa capacidad le había salvado la vida muchas veces. Se dirigió al Coliseo, durante los últimos juegos su esposa había elogiado bastante a Hilario, el nuevo gladiador. Unos gritos le atrajeron, en la arena del circo destacaba el cuerpo desnudo de una mujer atravesado por una lanza.
No tuvo que preguntar, habían asesinado a Mesalina. Pensó en Julia Agripina, esa ambiciosa sobrina que le rondaba hacía meses, y en su escalofriante esclava. Estaba seguro de que ellas lo habían orquestado todo, pero no hablaría; prevalecería, como siempre, su instinto de supervivencia.
Maca Fdez Cuentan las historias que las mujeres romanas, en la antigüedad, se perfumaban haciendo llenar la boca de sus siervas con el perfume, para que luego éstas lo pulverizaran sobre ellas. Puedo imaginar el regusto a nardos, cardamomo y canela que quedaba en las mujeres esclavas; las esencias se fundirían en su paladar antes de evaporarse.
Y así fue como Lucila, celosa de la belleza de su esclava Amira, cambió el perfume por veneno. Estiró su cuello hacia atrás cuanto pudo, rechazándola hasta ver cómo Amira echaba su último aliento.
Se acercaba ya el quince de mayo, la Mercuralia llegaría pronto. Esos días de fiesta en honor del dios mensajero, protector de caminantes, inventor de Artes, dios de abundancia y del comercio, del éxito y transportador de sueños, serían grandiosos. Fabius y Papiria contraerían matrimonio en esa fecha. Toda la nobleza patricia acudiría, se auguraban días felices y prósperos.
Nada de lo esperado sucedió. Al comenzar aquella anhelada mañana encontraron los cadáveres de ambos, sonrientes, felices, cubiertos con un misterioso manto que evocaba sueños. Los oniromantes descifraron un mensaje que rezaba así: “Yo, Fabius Bromius, conocido como hijo de Bromius y Julia, nunca fui un hombre, soy el mismísimo dios Mercurius, que enamorado de Papiria tomé forma humana. Me voy a un siglo más avanzado y divertido (he elegido la segunda mitad del XX), Papiria viene conmigo.”
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Ainnita Kirschlert Hasta que los kilómetros fueron un milímetro.
Carol Belasco — Es benigno— dijo el doctor.
Laura RoAr En Córdoba nuestras miradas se hicieron farolillos de feria.
Eloina Calvete Garcia La princesa dijo adiós al príncipe, había elegido al dragón.
Javier Hurtado Ocaña Que se cumplan todos tus sueños menos uno.
Rosa Velazquez De tanto coleccionar ruinas, logramos construir un templo.
Ana Patricia Fernández Lo supimos nada más vernos. La puerta estaba abierta.
Salvador Caballero Calderon El desayuno sonríe ante tu aroma de brisa.
Semana del 14 al 20 de Noviembre
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-Ajá -CS90 asintió con indolencia, haciendo ondear los tentáculos de su monumental cabeza-. Estaba mezclando compuestos orgánicos y de repente me di cuenta de que aquella bolita azul y verde tenía las condiciones idóneas para albergar vida.
La primera conversación de la humanidad con una forma de vida extraterrestre no estaba resultando como había imaginado…
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Maca Fdez Las hojas caen
vuela bajo el gorrión
y las devuelve
La roca besa
su esperada ola
en la marea.
La cafetera,
silbato al amanecer,
rojos aromas.
De la belleza
solo espero rapto
y oscuridad
Amor en el panal,
cascada de abejas,
van hacia la flor.
El río fluye,
aroma en el monte,
reina la noche.
Flor de cerezo
Primavera latente
Dragón dormido.
Luis Saavedra En huecos cedros
germinan corazones
de azules cuervos.
Rafael Romero Rincón Beso cenizas
En mares de lágrimas
Rumor de olas.
Rosa Velazquez Sauce llorando,
rumor de agua en la piedra.
La calle quieta.
Semana del 7 al 14 de Noviembre
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Su lomo robusto, su portada roja brillante, su tacto aterciopelado e hipnótico. Abrirlo creó un vínculo que no he podido romper. Aunque sus primeras frases me advirtieron:
“Bienvenido a mi mundo. No sigas leyendo, o no te dejaré ir… jamás ”
Debí hacer caso. Sus páginas nunca se terminan. Cuando no leo, me pierdo entre los pasillos, soy invisible para todos, nadie me oye, no encuentro la salida; no desfallezco pero ya no sé en qué día, mes o año estoy.
Y tengo que volver al libro, encadenado a sus palabras, a su poder maléfico. Dominado por su doctrina grabada con sangre de tinta, sé que nunca llegaré al final.
Carmen Trujillo Los libros nos rodeaban por todas partes. Dos velones en un plato nos alumbraban. Héctor sacó el tomo de la mochila. Era ligero y estaba encuadernado en piel negra. Lo cogieron primero las gemelas. Las llamas de las velas se avivaron y luego menguaron rápidamente.
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Semana del 28 al 4 de Noviembre
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Dentro del misterioso objeto, que creó algún relojero lunático, olía a lluvia y a hierba mojada. El cielo abrazaba a los árboles, anaranjado.
Sentí mi corazón bailar y lo supe- esta sería mi única misión- caminar con el tiempo a hombros…
despertar del sueño es dificultad extrema.
Cabañas deshabitadas, lagos desnudos
la carretera nevada y una misión incumplida,
culpa de un reloj atrasado
parado hace unos años ya
un día del mes de mayo
cuando me guardaron en este cajón
donde mi descanso es eterno.
Soñé con la carretera que llevaba a la casa de mis padres. Caminaba descalza como solía hacer de niña, en verano. El cielo era azul. Olía a las flores del jardín de mi madre. El trigo ondulaba sereno al sol y algunas nubes solitarias viajaban silenciosas como veleros blancos.
Sonó la alarma del reloj, y desperté llorando de felicidad en la oscuridad del cubículo. Un rumor leve de olas y el canto de los pájaros me acompañaron mientras me vestía. Abrí la mampara metálica de la ventana. Marte en todo su esplendor árido me envolvió en su luz rojiza. El polvo lo cubría todo. Las demás cúpulas de la primera aldea marciana ya empezaban a dar signos de vida. Los robots, bloques de metal apenas, caminaban lentamente entre los cultivos, protegidos por estructuras flexibles, pero resistentes a las inclemencias del tiempo. Escudriñaban cada plantita en busca de necesidades porque en Marte cada trozo de vida importa mucho.
Aquí el cielo es rojo, y nubes de color metálico amenazan cada dia el horizonte con el pavor de la tormenta. Mientras me tomo mi primer café de la mañana, genuinamente marciano pienso en que jamás volveré a la tierra. Tampoco es que quiera hacerlo. Ahora Marte es donde vivo. Al fin y al cabo, ese el el objetivo de esta misión: Crear un nuevo hogar lejos de casa.
LA MISIÓN DEL ESCRITOR.
Me levanto despertando en la llaga
de nuestras guerras.
Fui abandonando en carreteras sin esperanza,
de una vida almidonada en la carencia,
sin reloj que la divida,
sin tiempo que la construya.
Tras las cicatrices desplazadas de mi misión
doy las gracias a mis dedos penitentes:
infinitos constructores,
de manojos de historias errantes
que levantan tempestades,
que definen los espacios
inventando las verdades.
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