Retos de Escritura de Diciembre 2016

Semana del 21 al 30 de Diciembre

#ViernesCreativo: escribe una historia protagonizada por una princesa atípica. 

Texto con más “me gusta”: 

Yolanda Fraile Carreras Y la princesa de los sueños apagó la luz. Como cada noche, después de darme un beso, mi madre salía de puntillas de la habitación procurando no hacer ruido para no despertarme. Su vaporoso vestido no era otra cosa que un viejo camisón desgastado por las lavadas, que al trasluz de la lámpara del pasillo, dejaba ver su contorno perfectamente. Su corona no brillaba, la formaban unos rulos que colocaba estratégicamente en su cabello para darle volumen a esa espesa melena rubia que no era capaz de domar. Parecía un ser etéreo agarrada a la puerta, con la mitad de su cuerpo dentro de mi cuarto y la otra mitad en el pasillo. “Buenas noches mi amor, ten dulces sueños que yo cuidaré de ellos”. Y cerraba la puerta de manera sigilosa dejándome a solas con la oscuridad.

Otros textos seleccionados: 

Catalina Saavedra

Leia saca , como todos los años ,el garbanzo que el veintiocho de diciembre siempre le esconden entre los quince colchones que tiene en su descomunal cama.
Cuando se levanta se sienta enfrente del tocador y cepilla su melena negra una y otra vez , luego la divide en dos mitades casi perfectas y con una gran destreza empieza a enroscar el cabello hasta formar un rodete que sujeta con horquillas invisibles, con el resto del pelo hace lo mismo .

Abre el armario y descuelga una sencilla túnica blanca de mangas acampanadas. Un vistazo al espejo le da seguridad.

Abandona con sigilo el palacio. Una vez dentro del coche pone rumbo a los estudios para hacer el casting de princesa para la película de La guerra de las Galaxias.

Norma Tapia

Sabía que ella podía rescatarlo del dragón, liberarlo, salvarlo y ¿por qué no?, después… seducirlo. Para una princesa decidida, no hay imposibles.

Ainnita Kirschlert —No volveré a enamorarme —dijo la princesa tras la fatídica noche de bodas en la que el príncipe le confesó que era homosexual y solo se había casado con ella para acallar rumores.
Cambió los zapatos de cristal por una cómodas botas, y salió del castillo dispuesta a encontrar el amor y no buscarlo, fuera de los cuentos.

Jennifer Girol La princesa de los perfumes era tan aficionada a los perfumes, que cada una de las habitaciones de su palacio estaba impregnada de cada uno de sus aromas favoritos.
Un día de lluvia, una de sus doncellas dejó abierta, por error, la ventana de uno de sus aposentos, dejando escapar así su delicado aroma. Cuando la princesa se dio cuenta, muy enfadada, despidió a la doncella y lloró, asomada a la ventana, la pérdida de uno de sus mejores olores. Sin embargo, algo inesperado calmó el llanto de la princesa. Su delicado olfato le enseñó el olor fresco de la tierra mojada y aquel aroma natural que procedía de las hojas de los árboles. La princesa se enamoró de las fragancias de la naturaleza.
Mandó llamar a la doncella despedida y le ordenó que abriera todas las ventanas de palacio.

Rosa Fernandez Hace tiempo que en su casa las cosas no iban bien, la maldita crisis.Pero a María no le importaba vestirse con la ropa de su hermana, no poder comprar unos tenis con lucecitas o aquella mochila de Frozen para ir al colegio.A sus nueve años era una niña muy especial.Había algo en ella que se desprendía de su mirada, de sus gestos.Algo que los demás percibían y que hacía que inusualmente, fuera tratada como alguien más mayor.Un aire innato, quizás heredado de la lucha de sus antepasados, la rodeaba.No, no era soberbia, era dignidad. En el barrio le llamaban princesa

#RetoEscritura: escribe en 10 palabras máximo una historia con un final sorprendente. 

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Laura dijo:
-Sí, quiero- emocionada.
Pero Mateo besó al cura.
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Pidió al cura la hostia… Dedos marcados y cara inflamada.

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Edgard Paredes Ch Jesucristo descendió del cielo… Muy tarde. Ya no existían humanos.

Esther Martínez Córdoba Con la peor de las noticias sentí el primer comienzo.

Anita Power Acostada por fin con mi novio, cerré suavemente su ataúd.

Carmen Martagón Enrique Aprobaron la nueva Ley 2020/internacional: “El mundo no tendrá fronteras…”

Erika Sky Walker Apareció en China; ahora un mago busca edecán para show

#ViernesCreativo (23 Dic): Escribir en un microrrelato una cena de Navidad en la que ocurre algo muy inusual.

Texto con más “me gusta”: 

Carol Belasco

Más allá del país del hielo vive una dama siempre de negro que suspira por el regreso de su compañero. Cada nochebuena, éste la abandona para recorrer el mundo siguiendo una tarea ancestral, y ella espera al anciano de larga barba blanca vestido del verde de las hojas en primavera. La larga noche que los separa ella se viste de noche estrellada y prepara los más exquisitos manjares, se sienta a la vieja mesa de roble y recibe a sus invitados: La anciana Nieve siempre distante, los vientos del Este, el Oeste y el Sur, tan agitados como es su costumbre y su hermano Norte, que siempre llega más tarde, y, por último, renqueante y molesto, su vecino Hielo. La cena es siempre silenciosa, pues ella siempre lo añora y sus invitados son poco locuaces. Pero esa noche algo es distinto, y su amado regresa temprano. Ella lo acoge feliz a pesar de la congoja que lee en su rostro:
—Ya no creen en mí. — Le explica él desolado.

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Catalina Saavedra Está sola, calva por la quimioterapia. La madre su único apoyo esiró hace una semana y su hija le acaba de mandar una postal desde la càrcel de Picasent. Se levanta y con los ojos humedecidos arranca diciembre del calendario. Nochebuena . A las nueve busca un canal en inglés y saca una caja de roscos de vino.

A las once decide tomar el triple de medicación. Acurrucadita en la cama como un gorrión siente que por fín va a tener una nochebuena.

Jennifer Girol Cuando mamá nos convocó a todos en nochebuena estuve a punto de inventarme una excusa para no ir, pero me pudo más su buena fe. Los reveses entre matrimonios, padres e hijos y alguna que otra nuera, eran la tónica de cada navidad.
Las tres conversaciones de la mesa de aquella noche se prometían bombas de relojería capaces de estallar en cualquier momento.¡¡Boom!! y me vería en medio de una manada revuelta entre gritos, huidas y ceños fruncidos… pero no. Los diálogos afilados tenían respuestas extrañamente comprensivas.
Mamá se levantó de la mesa para ir a la cocina a por el postre. Yo fui tras ella.
– Mamá, ¿qué pasa aquí? ¿qué has hecho para que no discutan?
– Les dije que o se comportaban o no verían ni un céntimo de mi décimo de lotería premiado.
– Pero si tú no juegas…
Mamá me guiñó un ojo mientras salía de la cocina con la bandeja de turrones. 

Eloina Calvete Garcia Charles y su familia se apiñaban alrededor de una mesa habilitada por los carceleros en la celda de su padre; por aquel tiempo, la ley inglesa permitía a algunos presos compartir la cena de Nochebuena. Todo transcurría con aparente normalidad cuando comenzaron a escucharse unos tristes lamentos; John, el padre de Charles, inició entonces un relato, la historia de aquel infeliz que lanzaba lastimeros quejidos invocando la misericordia divina. Una misericordia que él jamás practicó mientras ejerció de prestamista. Le atormentaban los espectros de aquellas personas cuya desgracia propició, desfilaban ante él como fantasmales sombras. La profunda impresión que causó en Charles el relato de su padre se transformó, pasados los años, en un hermoso cuento, “Canción de Navidad”. Pocos saben que Ebenezer Scrooge, el mezquino personaje creado por Charles Dickens, comenzó a gestarse aquella noche, durante una extraña y carcelaria cena de Navidad.

Yolanda Fraile Carreras Cuando Patricia llegó a la casa de sus suegros no imaginaba que aquella cena sería tan…¿diferente?. Las lentejuelas del vestido de fiesta no estaban pensadas para lo que aquella velada le iba a deparar. Era la primera noche de fin de año que cenaba con los Velasco y aún no conocía las costumbres de su familia política. Si alguien le hubiese contado que la tradición era cenar con los ojos vendados y alimentar al comensal que se sentaba en frente, habría dejado el Carolina Herrera en el vestidor y se habría enfundado un traje de neopreno como el que vio en el cuerpo de su cuñado, cuando este le abrió la puerta.

Sandra Molins Barceló Supongamos por un momento que todo esto no es real.
Bien. Si fuera así, podría explicar muchas cosas de esta noche. La reunión failiar cenando pavo sería muy normal… si el pavo no tuviese colmillos y lanzase fuego por la boca cual dragón enano. La tía abuela Julia parece un poco rara, seca y distante, pero claro, lleva muerta al menos veinte años, puedo perdonárselo. Pero que la verruga sobre la ceja de mi madre, sea la que hable no lo veo bien, porque no para de soltar tacos.
En fin. Si doy por supuesto que todo esto está mal, debería tomarme la pastilla que me recomendó el médico. Aunque este hecho restaría diversión a la situación.
– ¿Más pavo?- preguntó mi padre desde su trono blanco.
-Sí, por favor.

Nidark Mecambié Despecie – Dios proveerá. – Dijo mi padre.
– Que provea ya, llevamos tres días sin comer bocado. – Dije con la misma furia con la que mi estómago rugía.
Esa tarde se fue a cazar, decidido a traer una buena cena que nos permitiera sobrevivir al mortal frío de esas fechas.
En el más puro de los secretos, llegó a casa y sin mediar palabra se fue a la cocina con un capazo lleno de carne deshuesada y de las alas más grandes y preciosas que había visto jamás. No quiso que nadie le ayudara, pensé que era porque estaba orgulloso de haber dado caza a semejante ave. El olor que provenía de la cocina hizo que a toda la familia se nos hiciera la boca agua.
Ya saciados, mi padre me pidió ayuda. Fuimos hacia una pequeña arboleda cerca de un pesebre donde acababa de nacer el hijo del carpintero. Allí se encontraba un cuerpo inerte con marcas de desgarros a la altura de los omoplatos y una flecha clavada.
– Padre… ¿Qué hiciste? – Pregunté horrorizado,
– No supe que era cuando disparé. Dios proveerá. – Dijo cayéndole lágrimas por las mejillas.


Semana del 13 al 20 de Diciembre

#ViernesCreativo (17 Dic): Escribir un microrrelato que tenga lugar en una prisión.

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Pedro De La Rosa Rodríguez Nadie sabe más de prisiones que yo. No hay quien las sufra tanto. Ni esté en ella con un juicio inexistente, incluso que haya tenido la condena sin necesidad de haber cometido el delito. Sabiendo que no habrá redención, ni revisión de la pena por buena conducta. Soy un reo sin pecado, sin derecho a expiación. Estoy en mi particular corredor de la muerte. Mi cuerpo ha sido condenado a fallecer en vida. La cruel paradoja es que mi mente es una de las más brillantes de la humanidad actual. Soy una eminencia obligada a subsistir en una prisión sin barrotes. Solo puedo evadirme de esta cárcel cuando me concentro en mis dos pasiones. Una, es el cosmos al que sobre mi telescopio y mis cálculos domino como un taxista controla las calles más recónditas de su ciudad. Cosmos infinito, que sin embargo, se me hace pequeño y ya no me llena. Por culpa de mi segunda pasión, oculta en inconfesable. Tú, mi asistenta; leal, servicial, atenta. Tú, la mejor creación de este imperfecto y quebradizo agujero sideral. Daría todo mi intelecto y las respuestas a todas las incertidumbres, por liberarme un instante de la prisión a la que esta silla me tiene postrado, y sentir el roce de tu mejilla.
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Otros textos seleccionados: 

Lali Fuentes Me condenaron en Estados Unidos a cadena perpetua, allá por 1960, por siete crímenes que jamás cometí, pero nadie me creyó, ni tan siquiera mi familia. El asesino en serie del abecedario me llamaron, pues al lado de cada cuerpo apareció una letra marcada en el suelo. De la “a” hasta la “g”, cesaron las letras tras mi encierro. Abandonado entre rejas forasteras y sin pruebas concluyentes, un día apareció la letra “h”, 40 años después. Se reabrió mi caso y por pruebas de adn determinaron que era inocente. ¡Qué pena que hubiera fallecido días antes en la soledad de mi celda! Ahora sería libre… ¿o no?

Juan José Santana Bernabeu Las mismas rejas que aborrecía, son las que ahora me mantienen vivo. Un batiburrillo de rostros putrefactos se apretujan contra ellas tratando de alcanzarme.Presos, vigilantes y cuidadores, todos muertos, todos reanimados, incansables e implacables. Aunque no los mire, sus gruñidos, gemidos y golpes, me recuerdan que están ahí.Han pasado días desde los primeros disparos y horas desde que se fue la luz.Ya me queda poca agua en la taza del váter y mi estómago es un coro que me recuerda que no tengo comida, ni escapatoria. Una idea me ronda la cabeza desde esta mañana: una última solución antes de convertirme en una de esas cosas. Deseadme suerte. (Nota encontrada junto a un cuerpo no reanimado, tras la liberación de la cárcel de Font Calent)

Alberto Postacchini Mi cárcel Argentina: 1977. Casi adolescentes llevábamos alimentos a los habitantes de un asentamiento: “La villa 31”. El riesgo era grande; el cura, insistía en que “la vida servía solo para servir”. Nora y yo nos enamoramos perdidamente, al punto de sentirnos unidos, no solo por nuestros cuerpos y almas, por las convicciones, por el fruto de nuestro amor que ella llevaba en su vientre. En la “Villa”, sin aviso, nos apresaron las fuerzas de seguridad. “Desaparecidos”.
Nos separaron. En ese momento comenzó nuestro suplicio. Fuimos humillados; desnudos, caminábamos sin ver, sin saber quién era nuestro vecino; con meticulosa precisión, nos “invitaban” al cuarto obscuro. Mientras me hundían la cabeza en la letrina, solo pensaba en ella; embarazada, la brutalidad con que los hijos de puta se ensañaban en sus genitales, para que nuestro niño supiera que no éramos buenas personas, que el mundo es una porquería.
Me enteré del nacimiento de Gregorio, así lo llamaríamos, por una enfermera, que me asistió, cuando me arrancaron los testículos. Ella me dijo que el bebe se salvó, lo entregaron en adopción. Le pregunté por Nora. Su silencio fue elocuente. Deseé la muerte mil noches con sus días, nunca llegó. Ahora, libre su memoria, la de mi hijo son mi castigo, mi cárcel eterna.

Carmen Trujillo “…Mi nombre es Eric, el bravo. Mi familia está lejos, pero si sigues la estrella del norte llegarás a sus costas. Hay una roca enorme con la forma de un oso. Bajo ella está mi pueblo.

Extraño, si logras llevar este mensaje diles que los hombres de metal me tienen prisionero en la isla del hielo. Mi padre sabrá que hacer. Soy hijo de un rey. Él te recompensará. Fui capturado y mi familia debe creer que he muerto. El barco fue hundido por la nave voladora. Logré aferrarme al palo de mesana. Todos murieron ahogados.

Los hombres de metal me cogieron y me encerraron en esta prisión. Los hombres de metal no son gente. Tienen a más personas encerradas en pequeñas celdas transparentes. No tienen barrotes, pero aunque intentes salir rompiendo esa pared invisible, lo único que consigues es un buen dolor de cabeza. T

ú, extraño que has venido de otro tiempo, diles como han de vencerles. Ve y dile a mi padre lo que me has contado. El te creerá. Dile que su hijo, el que solo teme una cosa, te envía….”

El arqueólogo enrolló el pergamino, se quedó dudando, y finalmente lo puso con otros, en el montón de folklore y mitos antiguos.

#RetoEscritura (15 Dic): Escribir el diálogo de esta pareja en 25 palabras o menos.

Texto con más “me gusta”: 

Alicia Ocha – Y… ¡corten!
– Diego, super “cool” esa mirada perdida. Elena, fascinante como siempre. Chicos, estos vaqueros se van a vender como churros. ¡Última toma!
Monika Fikimiki -Entre tanta verdura nos olvidamos de la verdad.
-No te entiendo.
-Que lo que más me gusta es el pepino.
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—Si no lo quieres no lo tendremos.
Vio que él suspiraba algo aliviado.
—Puede que sea lo mejor.
A ella se le escapó una lágrima.
– ¿Está todo listo?
– Sí, no hay vuelta atrás.
– Perfecto, y…¿Cuándo comienza la invasión?
– En este preciso momento.
– No quiero que vivas con amargura, aun se puede vivir con esta noticia.
– Sí, tenemos que ir al médico o… – Se escuchó un suspiro finalmente.

Semana del 5 al 12 de Diciembre

#ViernesCreativo (11 Dic): Escribir un microrrelato en el que un personaje viaje en el tiempo.

Texto con más “me gusta”: 

Ricardo Manzanaro Arana Paradoja Temporal
A Carlos siempre le habían fascinado las paradojas temporales. Completamente desquiciado, probó consigo mismo el experimento, mediante una novedosa técnica. Viajó al pasado, mató a su padre de crío, regresó al futuro y… Todo igual. Ningún cambio. Volvió al pasado un poco antes, y volvió a matar a su padre. En el futuro todo siguió igual.
Tras decenas de pruebas con idéntico resultado, Carlos descubrió el porqué de la anomalía: aquel no era su padre. Era hijo de otro.

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Nidark Mecambié Despecie
Una tarde tocaron al timbre de mi casa. Abrí la puerta y, un hombre anciano de baja estatura y ojos rasgados, me dio las gracias por haber salvado a su pueblo cuando solo era un niño. Le seguí la corriente pensando que estaba loco y seguí a mis cosas.
Una semana más tarde me llamaron de la base. El experimento secreto que estaban desarrollando esos extraños científicos iba a ser probado. Eramos cuatro soldados los encargados de ser los primeros conejillos de indias.
Cuando nos colocamos en la plataforma, el monitor mostraba una fecha, el 19 de febrero de 1945, localización Iwo Jima. Perfecto… Sin presiones.
Carol Belasco El reloj era el orgullo de su familia. De donde procedía había sido el secreto de su bisabuela, secreto que estaba a punto de desvelar. La puerta lucía como si el tejido de la realidad se hubiera resquebrajado para mostrar una densa oscuridad. Se armó de valor y extendió su mano a través del pliegue, no notó ninguna diferencia, excepto un hormigueo que quizá respondía a los nervios. Sin permitirse más dudas, saltó a través del portal. Al otro lado le recibió el agua helada de la bahía, comprendió demasiado tarde que en algún momento del pasado habían desplazado la orilla, robando terreno al mar, mar que ahora la cubría. Mientras luchaba por su vida, maldijo la curiosidad sobre el reloj que ahora le parecía maligno en su muñeca. Intentó alcanzar el portal de nuevo sin éxito y con su último aliento se quitó la exquisita pieza de orfebrería y la lanzó todo lo lejos que pudo.
Meses después su bisabuela tropezaría maravillada con el reloj en el interior de un pez.
#RetoEscritura (7 Dic) Esta es Tina (la de la foto). ¿Qué está pensando? Cuenta sus historia en 10 palabras o menos.

Texto con más “me gusta”: 

Monika Fikimiki Cuando pille a la peluquera, verá que también sé cortar.
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Otros textos seleccionados: 

Atticus Coltrane …y aunque solo miro a medias, veo en tu corazón.

Esther Martínez Córdoba Si mi mirada da miedo…espera a conocer mi historia.

Yess M Torres Tina, tienes que crecer. El mundo de muñecas es otro.

José García Gómez Me miró como se mira al tirano, pero sin miedo.

Rafael Romero Rincón Esta mirada también fue tuya pero no quieres recordarla.

Sandra Trujillo González Aunque todos cerréis los ojos, sigo existiendo.

Rosa Velazquez Hay miradas sentenciadas antes de nacer. Han visto derrumbarse todo.

María José Garrido Herrera – Por favor, llévame lejos. Donde pueda ser una niña.

Mauricio Hernandez -No temas. Sé matar con delicadeza.

 


Semana del 29 de Noviembre al 4 de Diciembre

#ViernesCreativo (2 Dic) Escribe un microrrelato o poema en el que aparezca nieve, un diccionario y una ciudad lejana.

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Yolanda Fraile Carreras El diccionario descansaba sobre el escritorio de Julia mientras la nieve cubría su bicicleta en el patio posterior de la casa. Tres años de silencio y todo seguía intacto. Sus libros, su ropa, su cuarto. Nada había cambiado excepto la esperanza de volver a verla. Miles de llamadas indicando lugares donde creían haberla visto, y ninguna pista nueva con la que mantener la ilusión. Aquella llamada que la situaba en una ciudad lejana de Hungria, era la última información de la que disponían para encontar a la niña que buscaba palabras raras en un diccionario de tapas doradas.Me gusta ·10

Otros textos seleccionados

Salvador Caballero Calderon Las palabras aguardan sobre la mesa. He de encender el brasero con el carbón de mi vida. En la ventana, el invierno derrama los blancos copos de mis recuerdos. Hay nuevas luces en el horizonte. Pero el rumor de la navidad urbana en mis años de olvido , se diluye. Hoy volveré a llorar lágrimas frías sobre las hojas del libro que jamás pude entender.
Julio 
Había nieve. Cruzaste justo al portal del no sé cuándo. Dijiste algo respecto al sitio en el que ahora vivías. Al amanecer, repitiendo ese nombre, lo busqué en el diccionario. Era una ciudad que no existía. Y lloré tu ausencia hasta una próxima vida.

Eloina Calvete Garcia  En el monasterio de Sera un anciano monje concluye sus plegarias contemplando las nevadas cimas del Himalaya; acaba de recibir un correo desde Lhasa, la capital tibetana. El nuevo lama pronto llegará y tiene que completar los preparativos del recibimiento. Aser, la joven reencarnación de Yosé, viaja desde la lejana España para instruirse en el antiguo templo. Las enseñanzas de Siddarta, las verdades de la ancestral religión budista pronto le serán reveladas. Queda por resolver la cuestión del idioma, aunque, de momento, en la pequeña celda que le tienen reservada, le han colocado, junto al hábito color naranja, un curioso diccionario Tibetano-Español.

Escribí un diccionario sobre la nieve mojada por la lluvia.
escondí el secreto de la alquimia
a simple vista
para que no fuese encontrado.
Corregí las palabras del mismo
para llevarlas a mi propio Shangri-La
lo más lejos de tu propio nombre.

Grabé con fuego mis últimas voluntades
y desplegando mi trineo sobre la piel de la tierra
inicié el viaje final.

Glauka Kivara ¡Llegué! Salgo de la estación ansiosa de aire fresco, y la noche me recibe. Camino por calles sombrías sin rumbo, con sólo una pequeña mochila a mi espalda.
En una callejuela de maravilloso olor compro una pizza entera por sólo dos euros. Está deliciosa.
Grupos de jóvenes pasan por mi lado: ríen, felices, relajados.
Sigo vagando hasta encontrar una heladería: tengo suerte, hay helado de nueces.
Cuando salgo con mi enorme cucurucho, empiezan a caer copos de nieve: brillan medio segundo en mi jersey antes de convertirse en pequeñas humedades en la lana.
Las luces empiezan a apagarse, los jóvenes se apresuran a sus fiestas o a sus casas. Yo saco el diccionario.
Escojo tres palabras: Refugio. Seguro. Cálido. Las pronuncio en voz alta, con los ojos cerrados.
Abro los ojos: frente a mí, un hombre de mirada verde y sonrisa infinita.
Yo también sonrío: mi diccionario funciona cada vez mejor.

Amparín Valencia Dejó un grueso diccionario en el suelo, seguidamente subió sobre él y entregó un suave beso a aquella provocativa boca que llegó de una tierra lejana.
Primero, labios fríos como la nieve, minutos más tarde, ardientes como fuego.

Carol Belasco Procedían de más allá de las tierras baldías, donde la nieve nunca caía, y de mucho más lejos que las míticas tribus oscuras. De una ciudad tan lejana que no se conservaba recuerdo de ella en ningún mapa antiguo. Pero permanecían en la memoria: de anciano a anciano, se conservaba el recuerdo de aquel pueblo inmerso en su ardua y vieja labor. Cuando habían empezado con ella se perdia en el tiempo, parecían haber estado siempre allí: Recolectando sabiduría como otros los frutos del árbol; Completando su diccionario.Algún dia cada cosa que existía, viva o muerta, hallaría su entrada en éste,y el mundo sería al fin algo aprehensible. Por ello les dejaban pasar cuando llegaban a las puertas de una ciudad, con sus mantos rojos y sus miradas extrañas, y les ayudaban en su labor, satisfechos de ver cómo lo que amaban se convertía en letra, para ser conservado, y recordado, para siempre.

Oswaldo Torres El capitán del barco llevaba siempre consigo el diccionario. Entre otras mercancías, transportábamos una carga de diccionarios de muchos tipos, y uno de los comerciantes le había obsequiado la edición especial de uno bilingüe español-inglés. Al parecer, el capitán estaba obsesionado con una palabra o dos. Era la impresión que nos daba desde el agujero por donde lo mirábamos a escondidas cuando nos pasaba cerca; como polizones debíamos escondernos, pero también queríamos averiguar a qué ciudad lejana nos dirigíamos. Comenzamos a ver nieve y uno de nosotros dijo estar seguro de que nos dirigíamos a Anchorage, la ciudad más poblada de Alaska. Inmediatamente alguien susurró una pregunta: «¿qué idioma se habla allí?», y el mismo compañero que había mencionado la ciudad le respondió «creo que inglés». A los días de no adivinar las dos palabras del capitán, ya habíamos confirmado que se trataba de dos y que intentaba pronunciarlas en inglés, empezamos a hacer apuestas sobre cuáles serían. Pasaron semanas y una noche divisamos luces a lo lejos, luces de ciudad. Calculábamos si nos faltarían uno o dos días para llegar, cuando esta vez el capitán pasó más cerca de nosotros pronunciando las dos palabras a oídos de todos. Las palabras «policía» y «polizón» salieron de su boca con su respectiva pronunciación en un perfecto inglés, y con el aliento más gélido que habíamos visto.

Monika Fikimiki No hay nada comparable al silencio de la nieve.
Cuando busco paz, me imagino en aquella ciudad, lejana ahora, antes mía.
Los copos, cuando caen, producen una sensación de armonía que acaba en amor.
Yo, pequeña, con la nariz pegada a la ventana.
Yo, más pequeña, atrapando la nieve en la lengua.
Lengua que no conoce diccionario, que busca el frío, para calentar el corazón.

Luis A González P ¿Cómo describir la blanca nieve en el diccionario de los primitivos Dogon? En el África profunda, de los acantilados de Bandiagara, entre cultivos de cebolla, mijo y sorgo al son de sus halagos a Lebe, su deidad de la fertilidad, poco sabía este pueblo del frío y pálido manto de las sagradas cumbres. Pero la editorial quería un diccionario con la palabra “nieve” para el país Dogon…
Y el escritor haría todo lo posible por lograrlo

Laura Esteban Parece que el horizonte tiene los bordes redondeados. Esta extraña percepción le circula a Cris por la cabeza. No sabe por qué pero el plano espacial, a veces, se inclina y debe anclarse bien al suelo para no caer. Consigue colocar su bandolera, como contrapeso, guardando el equilibrio. Es bueno comprobar que el diccionario de uzbeko, en su interior, le sirve para algo más que para ampliar vocabulario. Su espíritu aventurero no tiene fin y tira de ella como un imán. Así pone rumbo hacia esa ciudad lejana. Es la Dorada Samarkanda. En la distancia, una incipiente niebla vela la cúpula azul de la tumba del emir. Los edificios del pasado se despliegan y la ciudad perdida cobra vida ante sus ojos. Fascinada contempla cómo se alzan mezquitas y alminares decorados con azulejos de esmalte, en brillantes colores. Por sorpresa, la nieve comienza a caer. El cielo sacude su frío manto y comienza una nevada imparable. La vieja metrópoli queda sepultada y con ella todas sus leyendas. El suelo se ladea con brusquedad, Cris cae golpeándose con todo. Sigue nevando mientras el horizonte se cierra en una esfera. Aterrada ve los dedos de un niño gigante acercándose, agitando su pequeño mundo de juguete. Silencio en Samarkanda. Fundido en blanco

#RetoEscritura (30 Nov) Escribe un microrrelato  ambientado en una casa encantada.

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Monika Fikimiki Era la casa más bonita de todo el barrio. Mira que no es fácil encontrar un alquiler así.
-Me la quedo.
-Encantada- dijo la casa.
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Carmen Melot Está encantada -dijeron. Me aconsejaron que nunca trasponga su umbral. Mas aquel aviso fue una invitación irresistible. Me acuerdo de ello. Pasaron ya doscientos años.
María Jesús Díez García -Quizá deberíamos jugar a algo que haga menos ruido -dijo uno de los fantasmas.
-¡Que se fastidien!- respondió otro mientras lanzaba sus canicas.
Carmen Martagón Enrique Quinientos años frente a frente. Sus cuadros colgados en las escaleras de aquella mansión. Nunca se atrevió a decirle que estaba perdidamente enamorado de ella.
Pedro De La Rosa Rodríguez No me gustan los okupas. Entran y se apropian. Tras 182 años ha llegado el momento de manifestarme y defender la propiedad de mi casa.
Alicia Ocha -Como ven, la vivienda reúne todos los requisitos -comentó el vampiro de la inmobiliaria. -Me encanta, cariño, nos la quedamos -respondió el fantasma.
Catalina Saavedra Empecé a notar de niña que la casa estaba viva, hace ya muchos años, cuando las paredes se agrandaban y se encogían a mi paso.
Sandra Molins Barceló Suponía un avance que aquel hombre no saliera despavorido al verme. Al contrario, había colocado grabadoras por la habitación y me esperaba sonriendo.