Escribe un microrrelato o poema que comience “Ya no lo quiero”
Semana del 16 enero al 22 de Enero de 2017
#ViernesCreativo: Escribe un microrrelato o poema que comience “Ya no lo quiero”.
Texto con más “me gustas”
-Pero habrá excepciones, ¿no?
-Lo lamento, señor. De todas formas, ¿por qué querría devolverlo? Todos los clientes que lo han comprado están encantados de tener una copia de sí mismos para hacer las tareas que menos les agradan.
Permanecí callado. Tenía razón, claro, pero lo que no había previsto era que tener un clon me permitiría ver mis defectos en toda su plenitud: mi egoísmo, mis salidas de tono, mis manías… Convivir conmigo mismo se me hacía insoportable.
Otros textos seleccionados
Salvador Caballero Calderon Ya no lo quiero. El aroma del miedo me resulta insoportable. No hay ya nada que decir. Pero al cerrar la ventana dibujaré un tiempo triste.
Maria Del Carmen Araque Ya no lo quiero. Ya no quiero los premios ni la fama. Ya no quiero que nadie me lea. No quiero que pregunten por mi vida o por quien soy en realidad. Yo solo quería escribir por diversión y quizás de vez en cuando desahogarme. Quiero volver a ser anónima. Era más fácil antes, nadie preguntaba, ni juzgaba y tenía esa emoción especial cuando solo él leía mis notas. Me corregía, reíamos, jugábamos con las palabras y solo necesitaba ver su rostro para saber cuánto le agradaba o no. Hoy él ya no está y todos leen mis libros. Pero nadie se da cuenta que yo lo daría todo por volver el tiempo atrás para que solo él me lea.
Romina Ramil ¡Ya no lo quiero! Como un niño que rechaza su medicina, cansado de ese sinsabor que aparte de amargo no le cura. Así me pide el corazón que rechace tus intentos. Y aunque ese primer regusto dulce quiera convencerme, el escozor de garganta me advierte que ya no hay hueco para tu nombre en mis entrañas, ni la sal de mis lágrimas empañará mi voz pronunciando tu nombre. Así que deja que me cure sola, lleva tus recursos remanidos adonde sirvan, porque yo ya no los quiero.
Carlos Padilla Ruiz – Ya no lo quiero – dijo y acto seguido colgó el teléfono con un suspiro.
Llevaba un año esperando un corazón compatible y en los últimos meses su estado había empeorado sensiblemente. Apenas podía respirar y notaba que su hora se aproximaba inexorablemente. Sin embargo nunca perdieron la esperanza. Su marido siempre fue optimista y estaba seguro de que llegaría ese ansiado corazón; el sabía como animarla. Y sin embargo ahora era él, el que descansaba en esa fría cama de hospital. Para siempre.
-Adiós – le susurró al oído – en seguida me reúno contigo.
Monika Fikimiki Ya no lo quiero. Me sobra, me pesa, me impacienta. Salgo a la luz sin cerrar los ojos. He visto mis sombras, las he acariciado, me sumergí en ellas. Ahora veo el camino y resplandece. Fue largo llegar a mi corazón, aprender a quererme. Ya no lo quiero, ni necesito. A pleno pulmón, ahora sí, me deshago del miedo. Me abro a la vida…
Ya no lo quiero
ni su piel de seda
ni sus ojos ajenos
Ya no lo quiero
ni sus frases dulces
espinas rotas en el viento
Ya no lo quiero
ni en la brisa de otoño
ni en su amor insincero
Ya no lo quiero
marcando mi paso
hiriendo mi aliento
Ya no lo quiero
como no quiere la tormenta
al sol en invierno