Escribe un micro-relato ambientado en la última media hora del Titanic
Texto con más “me gusta”:
– Es la quinta o sexta que veo -farfulla detrás suyo el joven marinero-. ¿Son guardacostas?… ¿Capitán?…
Éste alzó una mano en modo imperativo. En la noche glacial los sonidos podían recorrer varias millas en forma más audible; y más terrorífica. Ruidos de maniobras complicadas,de rozaduras en el casco, de hierro agonizante, y un murmullo creciente y turbador de… ¡voces!.
El Capitán dió la orden de virar el ballenero y alejarse a toda máquina, y tuvo que repetirla enérgicamente ante el aturdido muchacho.
Ya con la proa enfilando al contrario, salió a cubierta y aspiró el aroma nauseabundo a carne putrefacta con aquel astringente hedor intenso y aceitoso de las pieles de foca que provenía de la bodega.
Henrik Naess, alarmado, consideró para sus adentros, que estaba tomando una mala decisión. Pero no llevar radio a bordo, cazar, navegar en aguas territoriales norteamericanas y llevar un cargamento ilegal, ya era todo en sí, una mala decisión.