Día del libro: microrrelato con el libro como protagonista

El reto consiste en escribir una historia (máximo 15 líneas), que incluya UN LIBRO y OTRO ELEMENTO MÁS, a elegir entre cualquiera de los que aparecen en la imagen. Es el juego del Binomio fantástico, a ver qué os sugiere!

TEXTO CON MÁS ME GUSTAS

Kathy Guerrero Bejarano Las tenis color rosa, era lo primero que el bibliotecario le miraba a la niña cuando entraba al salón. Estaban tan gastadas, que estaba seguro que si se le acercaba mucho uno de aquellos agujeros se lo podría tragar.
Se llamaba Elena, tenía diez años, los viernes visitaba la biblioteca pública, daba un paseo por los pasillos, luego, abrazando un libro se acercaba al bibliotecario y le mostraba su carnet de ayuda social. Se marchaba tan feliz con su nuevo libro, que se olvidaba del ruido que hacían sus zapatos rotos al caminar.
Un viernes, como de costumbre llegó a la biblioteca, se dirigió a su pasillo preferido y ahí se encontró con una caja de regalo que decía: “Para Elena, gracias por leernos”. La niña un poco desconfiada la abrió, su cara de repente se transformó en una enorme sonrisa, de aquella misteriosa caja, sacó un par de tenis nuevas color rosa.

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OTROS TEXTOS SELECCIONADOS POR PORTALDELESCRITOR

Maite Ugalde Martinez Estoy convencida de que no fue casualidad que, buscando entre los libros de mi biblioteca, cayera entre mis manos el que él me regaló y dedicó.
Allí estaba, en la página de guarda, escrita con su letra clara y redondeada: “Para una mujer hermosa más allá de las palabras”.
Me pregunté por qué en ese preciso instante el azar había decidido de una forma caprichosa traer a mi presente el recuerdo de una vida tan lejana en la que ya apenas me reconocía.
Hojeé con cuidado las páginas: allí estaban, después de veinte años, los pétalos secos de las rosas blancas que me regaló la última noche que estuvimos juntos.
Después, el tiempo y el orgullo se tragaron los años y la distancia ahondó aún más la brecha que se había abierto entre nosotros.
Ya no soy hermosa, ya no le amo ni me ama, nuestras vidas se separaron en un punto y no volveràn a juntarse.
Solo el recuerdo de una historia que fue y quedó inconclusa, una historia dentro de otra historia.

Erika Sky Walker Cada página de ese libro antiguo sirvió para encender las hogueras de aldeas asoladas por el invierno, el libro había creado lazos únicos con el fuego pues su dueño siempre lo leía a su parpadeante luz, se amaban profundamente. Ahora que la población se helaba, el hombre del libro lo desohojaba cada vez que era necesario calentar a alguna familia pues los combustibles escaseaban, el libro se consumía poco a poco con su amado y moría feliz.

Luis Leonardi Rebeca no tiene edad. Supone juventud, pero su alma tiene la madurez de una sabia mujer. Quien la conoce la admira, quien no, se enamora. Tiene un rostro perfecto de piel tan tersa y clara, que solo mirarla supone delito. El cuerpo de una silfide extraída de un cuento. Un cabello de seda tan negro que le llega casi al hombro, con ese mechón rebelde que con delicados soplidos siempre vuelve a su lugar. Es la ecuación perfecta, juventud, belleza e inocencia.
La conocí hace un año en la biblioteca. Buscando aquél libro que tantas veces me recomendaran. Una historia de reyes, castillos y dragones, ya ni recuerdo el titulo. Sólo se que al abrirlo, sin más apareció delante de mi. Supondrán que estoy loco si les digo que salió de sus páginas. Juro que es verdad y no pregunten como fue, yo mismo no lo sé. Lo que sí sé, es que desde ese momento ya no nos separamos y
no quiero acabar el libro. Temo perderla.

Karina Castillo Peinado Lástima que esta rosa cortada esté condenada a marchitarse…aunque, a decir verdad, tarde o temprano todas lo están. Seguro que Jorge ha tenido el detalle de regalarme la más hermosa de entre todas las del rosal en que se ha transformado la sangre del dragón al que ha dado muerte. No sabe que soy una princesa atípica y prefiero que me regalen flores en maceta para mantenerlas vivas. De todas formas, ha tenido un gesto muy bonito, así que prensaré los pétalos y me fabricaré un marcapáginas. Aunque si lo que quiere es conquistarme, tendré que recordarle que, para el próximo veintitrés de abril, no me regale ninguna rosa cortada. Que lo que yo ansío, lo que más ilusión me hace, es un libro.

Carol Belasco Después de un año estudiando el libro del adiestrador de dragones, estaba convencida de estar más que preparada, pero en cuanto contempló con sus propios ojos el ejemplar de más de veintitrés metros, en cuyas fauces podían organizar una fiesta todos sus amigos, su seguridad se tambaleó ligeramente.
A tiempo, o eso creyó, recordó uno de los consejos del libro y no demostró su temor. Al parecer era muy importante que un dragón no percibiera el miedo de su futuro jinete, aunque no explicaban las consecuencias, imaginaba que serían terribles. Diez minutos después, mientras soportaba las burlonas carcajadas de su tro…dragón, maldijo el estúpido libro que había obviado explicar que los dragones tenían la personalidad de un adolescente gamberro, amante de las bromas pesadas, y esperó resignada a que el suyo dejara de reírse.

Lucia Ros Cara Pensó que los libros no eran más que cuentos de hadas, fantasía para aquellos insatisfechos con sus miserables vidas. Entonces, su móvil sonó por quinta vez consecutiva esa misma tarde. De nuevo aquel correo que le instaba a comprar el dichoso libro. ¿Qué tendría de especial? Y como si el universo quisiera contestarle el teléfono brilló, más fuerte que el sol, y cuando pudo volver a enfocar la vista ahí estaba: el libro. Entre asustado y curioso lo observó, repasó sus bordes con la yema de los dedos, y finalmente lo abrió. Cuál fue su sorpresa al descubrir que no se trataba de una historia cualquiera, era su historia. Y preso de la congoja, la emoción y todo un mundo nuevo de aventuras y posibilidades, se perdió en el mar de las palabras que eclosionaron en una bella sensación de FELICIDAD. Y dijo: “Los libros siempre serán más”