Seleccionador #ViernesCreativo: microrrelato con justicia

Hoy en el #ViernesCreativo vamos a administrar justicia, aunque quizá de una forma un poco peculiar 😉 Vamos a ver qué ha salido:

Recordad que desde nuestra APP gratuita de Portaldelescritor podéis acceder al grupo de Facebook desde vuestro móvil y leer allí mismo el reto, además contar con un generador de personajes y  los consejos de escritura del blog de Diana P. Morales

MICRORRELATO CON MÁS ME GUSTAS

Kike Mcfly Indiana Jones salió de aquel desierto agotado y se adentró en un prado frondoso. Pronto llegó a un barranco, abajo se divisaba un gran rio. Bajó por un camino lleno de zarzales. Una vez abajo, salto a la otra orilla ayudándose de su látigo enganchado a una rama. Allí había una cueva, donde, según el mapa, encontraría el TESORO de GUSANOS DORADOS. Se adentró sigilosamente y vio a una osa entretenida con la miel de un panal de abejas. Caminó silencioso como un fantasma y se metió a la derecha en un recoveco. En lo alto de un montículo vio algo brillante. Puso muchísimo cuidado de no hacer el más mínimo ruido y empezó a escalar. Con gran pericia consiguió llegar a la altura del tesoro. Alargó la mano, se estiro lo más que pudo. Pero de repente se resbalo un pie y cayó una piedra al suelo haciendo un sonido estrepitoso. La gran osa se giró hacia él y le dijo: ¡Pablito! ¿Qué haces subido en la estantería la despensa?. El niño volvió a la realidad. Se había imaginado un desierto en su habitación, un prado frondoso en el pasillo, el camino lleno de zarzales en las escaleras de casa y el gran río en un charco producido por unas goteras. la Osa era su madre que ahora lo miraba con cara de enfado. -Quería coger gusanitos, tengo hambre- dijo el niño. Ella se acercó, lo bajo de la estantería y le dio el aperitivo dorado. Pablito sintió que se había hecho justicia, después de su aventura, tenía en sus manos el gran tesoro.

Me gustas: 18

OTROS MICRORRELATOS SELECCIONADOS

Glauka Kivara Antes me creía un justiciero. Qué imbécil. Pensaba que podía funcionar como un pequeño engranaje de un gran sistema, quizás no perfecto, pero al menos aceptable. Una pieza imprevisible, que ponía a los pies de la comisaría maleantes atados junto a un montón de pruebas.
Mi gilipollez murió el día en que atrapé a ese violador y asesino de niños por segunda vez. ¿Cómo era posible que estuviera libre?
Nunca más. Me juré a mi mismo. Nunca más victimas inocentes por mi debilidad. No me importa su edad, poder o dinero. Cada violador o asesino que atrapo recibe una inyección letal.
No soy la justicia, pero intento paliar su inexistencia.

Silvia Favaro El letrero lucía orgulloso en la pared.
¿Tienes alergia a los cítricos y tu mujer puso demasiado jugo de naranja en la tarta?
¿El humo que sale del horno, es tu carpeta de presentación para la reunión de mañana?
¿Has perdido tu llave y no quiere abrirte la puerta?
¿Encontraste tu pantalón preferido, todo abollado en el baño?
Para su cumple no le regales flores, obséquiale una demanda.
En Justos S.A. somos especialistas en separaciones:
Sin agresiones, de mutuo acuerdo.
Infidelidades, incomunicaciones, Aburrimiento.
También contamos con profesionales psicoanalistas, para una mejor eficacia.
Este mes cumplimos veinticinco años, para celebrarlo aceptamos dos demandas al precio de una.
Si llamas en las próximas dos horas, regalamos antidepresivos.
Justos S.A. Nadie hará mejor justicia.

Verónica Lorite Madeleine inspiró profundo hasta que su pecho se quejó de la presión. Estaba nerviosa. Demasiado. ¡Ella solo quería ser feliz, pero el destino se volvió cruel!
Sus manos temblaban. Apretó más fuerte aún sus dedos para que aquel bate dejara de moverse de aquella forma vergonzosa, no quería que Jaime considerara por un momento que no lo iba a poder hacerlo.
Tomó una última inspiración y se adentró en el garito.
Estaban consumiendo, como siempre.
Había cinco chicos allí, tirados alrededor en lo que parecían viejos colchones y ropa, con sus cerebros demasiado ocupados para responder al paso decidido de la joven.
Jaime no lo vio venir. Un golpe seco. En la cabeza.
Su cuerpo quedó tendido en el suelo, sangrando.
Sus ojos apenas podían aferrarse a la vida.
— ¡Nunca más lo harás! ¡Nunca!— escupió las palabras que tenía meses atoradas en la garganta antes de romper a llorar.
Madeleine salió del local, su cuerpo temblaba pero se sentía fuerte. Le habían dañado para siempre, ya nunca sería la misma. Pero aquel desgraciado no volvería a tocar a ninguna otra mujer.

Maria Jose Bravo Moñino Su mirada reflejaba la aversión que sentía hacia mí cada vez que nos cruzamos en su casa.
Todavía no comprendo a esas personas, esas que se esfuerzan en pisotearnos o compararnos con otras personas que no son de su agrado.
Si estoy en el mundo es por algún motivo, para algunos, bueno, pero otros sólo me consideran inferior. Me gano mi alimento de la mejor manera que puedo hacerlo; nadie me da cobijo, paso muchas noches a la intemperie.
Se hará justicia cuando vosotros os sintáis solos, agobiados con problemas que pueden solucionarse; yo moriré luchando.
“ Testimonios de una cucaracha”.

Carmen Fernández Rocha No pensaba contarlo nunca, pero este aroma a bizcocho horneándose que inunda mi cocina, me dice que es el momento de liberarme ya del secreto mejor guardado de mi recetario. Os prometo que sólo lo hice una vez. Y se me ocurrió para agasajar al perfecto idiota de mi jefe. (No es un insulto. Es una simple, y justa, descripción).
El último sábado de septiembre nos invitó a todos los empleados a una barbacoa en su casa. Un encuentro de esos que ahora están de moda, para confraternizar y todas esas vainas inútiles, y que son una excusa para emborracharnos y que soltemos por la boca lo que no está escrito.
Quise agradecerle que no me permita abandonar mi puesto, sin su permiso, ni para ir al baño. Como os lo cuento. Ni hablar de salir a tomar un café a media mañana. “Termina ese informe, ya te traigo yo un café ahora”. (Muy amable. No vaya a ser que pierda un minuto y arruine la productividad del mes)
“Ahora”, es cuando a él le venga en gana. Y no os creáis que aunque tarde, aparece con uno de esos ricos cafés de la cafetería de enfrente. No. El muy… (¿Se permiten decir tacos aquí?) Viene con uno de esos vasos de plástico, a medio llenar de un líquido horrendo, que las autoridades sanitarias consienten que se denomine ¿café? (Y que me hace correr al baño durante el resto de la mañana ¡Eso sí que arruina la productividad!)
Por suerte mi queridísimo jefe, además de rata, también es un perfecto glotón. (¡Y yo la reina de los bizcochos!) Así que me presenté en su casa con un oloroso bizcocho de calabaza con chocolate. Lo dejé en su nevera; todo entero para él solito ¡Me salió redondo! Bueno, quizás me excedí con el laxante, pero ahora eso ya no tiene importancia.

Luis Leonardi Nunca entendí muy bien eso del karma. Buscando en internet encontré definiciones que derivaban de diversas religiones y razoné que en eso no quería entrar. Pero otro enunciado llamó mi atención: el karma se interpreta como una «ley» cósmica de retribución, o de causa y efecto. Esa me gustó. «Justicia divina», pensé, pero que tonto fui. Todo empezó cuando me hicieron “algo” que no me gustó, es decir que… me vengué y sonreí pensando “eso es el karma”. Lo peor es que luego el karma volvió a mí. La clave de todo puede ser redundante si se quiere, bueno, eso lo veo ahora después de “meter la pata” hasta lo indecible. Sin más rodeo les cuento:
Theo era mi amigo, en realidad se llama Theobaldo, vaya nombre y sí “era” mi amigo. ¿Por qué?, se tiró a mi novia. ¿Qué hice?, me tiré a la suya. «Ahora verás lo que se siente», pensé. Y así empezó la ronda impensada (de mi parte) del karma. Mi novia se entregó a sus encantos, su novia rechazó mi acometida y ya no me habla, él me partió la nariz, los tres viven juntos y yo aquí bebiendo mi octava cerveza mientras escribo esto. Conclusión: ¡¡El karma es una mierda!! y la justicia divina no existe.

 


Para seleccionar estos textos, desde Portaldelescritor siempre tenemos en cuenta diferentes aspectos: que cumplan el reto, la calidad literaria, la originalidad, la redacción (no aceptamos textos con varias faltas de ortografía) y además siempre intentamos -en la medida de lo posible- incluir participantes diferentes y no repetir muchas veces a los mismos autores.

Un abrazo a todos/as y a seguir escribiendo.